Retrato de la venta de Amena: KKR se va de España echando pestes; Zapatero favorece al aliado francés y Telefónica, irritada

La compra de la división de móviles Amena (Auna) por parte de la compañía estatal francesa France Telecom, consumada el pasado viernes, ha dejado impresa una significativa foto de los actores: el Gobierno Zapatero le hace un clamoroso favor a su estratégico aliado francés; KKR se marcha del país con un enfado monumental; Santander, Endesa y Unión Fenosa demuestran que sólo querían plusvalías.

La compra de la división de móviles Amena (Auna) por parte de la compañía estatal francesa France Telecom, consumada el pasado viernes, ha dejado impresa una significativa foto de los actores: el Gobierno Zapatero le hace un clamoroso favor a su estratégico aliado francés; KKR se marcha del país con un enfado monumental; Santander, Endesa y Unión Fenosa demuestran que sólo querían plusvalías.

La adquisición de Auna por parte de France Telecom ha causado una fuerte marejada financiera. El Confidencial Digital ha podido constatar, en primer lugar, el enorme enfado de los fondos de inversión extranjeros. Concretamente, directivos del fondo norteamericano Kohlberg Kravis Roberts (KKR), que participaba en la puja en alianza con BC Partners y Goldman Sachs Private Equity, se disponen a abandonar España lanzando improperios.

“¿Pero esto es una república bananera o qué? ¿Desde cuándo se despliegan técnicas dilatorias a la espera de que otro postor, que no ha participado en la legítima subasta, entre en la puja?”. KKR y sus socios reconocen sentirse estafados y denuncian la tremenda falta de seriedad de la clase económica española.

Algunos analistas del sector recuerdan, sin embargo, que estos fondos de capital riesgo “en el pecado llevan la penitencia”. No en vano, este tipo de entidades no suelen andarse por las ramas y lo único que buscan es la rentabilidad financiera. Nada más les importa. En este caso, parecen haber sido pagados con la misma moneda.

Efectivamente, en el retrato de la operación hay que destacar también el papel de los socios vendedores: Banco Santander Central Hispano, Endesa y Unión Fenosa. La operación con France Telecom ha puesto en evidencia que lo único que ha interesado a los accionistas han sido las plusvalías. Los créditos industriales parecen haberles importado mucho.

El sector cuenta ahora con una compañía extranjera y de carácter público incrustada en el mercado. Todo un agravio comparativo si se analiza lo que les está sucediendo a las entidades españolas fuera de nuestras fronteras (véase el caso de la frustrada compra de la BNL por el BBVA) o el modo de actuar de la propia Francia (que no permitirá el “asalto” de la norteamericana Pepsico a su emblemática Danone). Telefónica está muy disconforme con el desenlace de la operación.

El que ha salido más beneficiado de este “affaire” ha sido el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El Presidente del Ejecutivo español se acaba de apuntar un tanto más ante uno de sus estratégicos aliados internacionales: Francia. No hay que olvidar que el 35% de France Telecom está aún en manos del Estado galo.

En este sentido, según informaciones recogidas por este confidencial, el papel en esta maniobra del ministro Montilla ha sido muy importante. El titular de Industria ha seguido de cerca el desenlace y le ha ofrecido a Zapatero lo que quería.

Un corolario. El desenlace final de la venta de Amena ha puesto de manifiesto otro detalle, a juicio de los expertos. Se vuelve a comprobar que el afán de este país no es construir empresas sino hacer negocio. La venta al mayor postor ha vuelto a triunfar.

 

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