Impacto de la consulta en el mundo empresarial

Rosell tendrá muchas dificultades para ser reelegido presidente de CEOE también por su ambigüedad ante el desafío catalán

El candidato Antonio Garamendi se presentará como empresario "vasco y español", frente a las posiciones de su rival: desteñido en Madrid y colorista en Barcelona

Juan Rosell.
Juan Rosell.

Juan Rosell va a tener más problemas de lo que creía a la hora de volver a ser elegido presidente de la CEOE, hasta el punto de que en amplios ambientes empresariales apuestan por que no lo logrará. A las críticas a la gestión al frente de la patronal se suma también su ambigüedad ante el problema de Cataluña.

Precisamente esta última baza va a ser explotado por su principal rival, Antonio Garamendi, presidente de Cepyme, que no va dejar pasar una a Rosell.  

Fuentes empresariales a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital revelan que el otro candidato a presidir la patronal está dispuesto a trabajar a fondo los flancos de Rosell, y el primero  su catalanismo de doble uso desde que estalló la ofensiva independentista: desteñido en Madrid y colorido Barcelona.

Empresarios que sienten en español

Garamendi sabe que ahí se ventila una bolsa de votos empresariales muy sustanciosa de cara  a las elecciones a la presidencia de la CEOE, el próximo 17 de diciembre, y lo aprovechará sin miramientos.

Es consciente de que los que votan son empresarios españoles, que piensan y sienten en español, y que aprecian una España unida y solidaria y lo consideran un valor. Y que están esperando alguien que hable claro y alto y diga España, no "el Estado español".  

El candidato tiene muy claro que a él deben percibirle como empresario vasco y español frente a  la ambigüedad calculada de Rosell, empresario catalán. Es una debilidad muy clara, que puede explotar en su campaña por toda España.

Ya le han dicho a Garamendi lo que tiene que decir cuando vaya por las distintas regiones: hablar de la unidad de España y de la unidad de mercado que, “son la misma cosa y eso los empresarios lo entienden a la primera”.

Un gestión muy criticada

Las fuentes empresariales consultadas ofrecen un balance muy negativo de los cuatro años de presidencia de Juan Rosell, que consideran incluso un fiasco.

Consideran que ha sido un tiempo inefectivo, en el que no ha firmado ningún gran pacto ni ningún gran acuerdo, aunque sí haya visitado con frecuencia La Moncloa para hacerse fotos con los sindicatos. Además, no ha viajado a Bruselas, no ha mantenido reuniones con comisarios ni con altos ejecutivos para intentar conocer previsiones y medidas en marcha y para influir en esas decisiones. Por el contrario, ordenó que se vendiera la oficina que tenía la CEOE en la capital comunitaria.

Le critican por no haber renovado la patronal, como había prometido, y de haberla gestionado mal. Prescindió de cuarenta o cincuenta personas, pero ha metido a docena y media de catalanes, y CEOE ha sufrido un apreciable caída de ingresos, que la han dejado el borde de la quiebra. No son pocas las organizaciones que ya no pagan sus cuotas, las retrasan, o las rebajan.

 

Un presidente ejecutivo

El candidato, Antonio Garamendi, tiene intención de convertirse en un "presidente ejecutivo", que haga cosas concretas en favor del empresariado, frente a un "presidente representativo" como considera que ha sido Rosell.

Los problemas de Juan Rosell para la reelección tienen que ver también con la circunstancia de que las dos grandes organizaciones de CEOE, metal y construcción, mayoritarias, apoyan a Garamendi.

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