Los analistas fechan el nacimiento de las nuevas SICAV “de inversión libre” para septiembre: la CNMV trabaja con discreción

Las SICAV tradicionales,sociedades anónimas con grandes ventajas fiscales cuya función es la inversión mobiliaria, necesitan un número mínimo de 100 accionistas o “mariachis” y un valor mínimo de constitución de 2.400.000 euros.   Algunos analistas aseguran que a finales de verano aparecerá un nuevo modelo de SICAV, las denominadas “de Inversión libre”, que aportarán importantes ventajas fiscales. En ellas el número mínimo de accionistas será de 20 y cada “mariachi” deberá participar con, al menos, 50.000 euros.   La CNMV trabaja en estos momentos en la nueva figura, llamada a cambiar radicalmente el horizonte de las SICAV. Eso sí. Todo este proceso está rodeado de gran discreción. Un portavoz oficial de la comisión ha confirmado la existencia del proyecto pero sin detallar la fecha más probable para su “presentación en sociedad”.   Hay que recordar que este modelo ha sido mal visto por los gobiernos, que cuestionaban la selección de sus accionistas. Con las nuevas SICAV “de inversión libre” se soluciona este problema, ya que, cada inversor quedará seriamente vinculado a la sociedad con ese mínimo de 50.000 euros. Así, la participación en sus inversiones, en cierto modo, se asegura.   La reducción del número de accionistas hace más factible, además, la constitución de estos nuevos vehículos de inversión. Otra novedad: las nuevas SICAV tendrán permitido invertir en cualquier activo financiero, tanto de renta fija como variable. Hay que recordar que, inicialmente, iban a llamarse SICAV “de alto riesgo” pero los analistas declaran que parece más correcto el nombre de “Inversión libre” debido a las garantías que ofrece.   En lo que se refiere a la tributación, también habrá cambios. Hasta ahora si un accionista invertía su dinero más de un año, su tributo era del 15%. Si el periodo de inversión es inferior a un año, su tributación dependía del IRPF de cada persona. A partir de 2007, esta ley se modificará y todo el mundo tributará al 18%, independientemente del plazo que haya elegido para tener invertido su dinero. De este modo, se favorecen las inversiones a corto plazo y con ellas la especulación, y se perjudica a los inversores a largo plazo, explican los expertos.