El ascenso de los populismos pasa factura a la economía española: 11.000 millones menos de inversión extranjera
El Gobierno ha cuantificado la rebaja de entrada de capital en el país con respecto a los primeros cinco meses del año pasado
Los inversores extranjeros no han esperado al efecto Ada Colau y Manuela Carmena, tras las elecciones del 24-M, para ser cautelosos con España. Desde comienzos de año, ya han venido dando por descontado la incertidumbre por el ascenso de los populismos, lo que se está reflejando desde entonces en muchas menos operaciones de entrada de capital en el país.
¿Quién gobernará España tras las elecciones de final de año? Es la gran pregunta no sólo en los principales despachos políticos y empresariales del país. Fondos internacionales también prevén inestabilidad política por la falta de una mayoría clara y estable tras los comicios y han decidido frenar la toma de decisiones sobre operaciones en nuestro mercado.
El problema es que a los fondos, como a las empresas, lo que les interesa es que haya una mayoría clara y estable de gobierno para decidirse a hacer grandes inversiones.
El ritmo de fusiones y adquisiciones en España por parte de capital extranjero se ha ralentizado considerablemente este 2015. Que haya cuatro partidos tan igualados genera incertidumbre, y eso no es bueno a la hora de hacer inversiones.
Por eso, los fondos internacionales han estado ya, desde principios de año, a la espera de ver qué ocurría primero en mayo y ahora posteriormente en noviembre.
La prudencia viene, por tanto, de mucho antes. El frenazo va más allá de los grandes proyectos inmobiliarios previstos en ciudades como Madrid o Barcelona, donde el auge de Ahora Madrid y Barcelona en Comú, marcas locales ligadas a Podemos, han dejado en el aire desarrollos urbanísticos tan importantes como la Operación Chamartín.
11.000 millones menos de inversión extranjera
Los datos que maneja la cúpula económica del Gobierno, a los que ha tenido acceso El Confidencial Digital, revelan que, desde principios de este año, sólo se han realizado operaciones por 5.000 millones de euros.
Un dato que inquieta a destacados miembros del Ejecutivo porque no recoge todavía la irrupción de partidos de extrema izquierda en ciudades como Madrid o Barcelona.
Esto representa, destacan, menos de una tercera parte de los 16.000 millones de inversión extranjera en el país en el mismo periodo del año pasado, es decir, entre enero y mayo.
El Banco de España fue el primer organismo que dió la semana pasada la voz de alarma. Los inversores sacaron de España 19.400 millones de euros en el mes de marzo, frente a los 900 millones que inyectaron en el mismo mes de 2014 y a los 800 que sacaron un mes antes.
