Europa en crisis

Las cuatro vías para la salida de Grecia del euro

No será antes de dos años y necesitará la aprobación unánime de todos los miembros de la Eurozona

Banderas de Grecia y la Unión Europea.
Banderas de Grecia y la Unión Europea.

La victoria del no en el referéndum convocado por el gobierno griego el pasado domingo podría conllevar grandes consecuencias para el país. La más temida por los ciudadanos: salir del euro y, por lo tanto, de la comunidad europea. Para ello, existen varias vías jurídicas, no todas ellas contempladas en los tratados de la Unión Europea.

El Derecho Comunitario sólo especifica una vía oficial para abandonar la Eurozona: solicitando la retirada voluntaria de la Unión Europea. Ésta se alargaría por un tiempo superior a dos años y necesitaría la unanimidad de todos los miembros de la Unión Monetaria.

Por la vía oficial, sería imposible que Grecia de manera unilateral saliera del euro y, mucho menos, sin abandonar también la comunidad europea para conseguirlo.

Sin embargo, existen otras alternativas para cumplir con el hipotético deseo de Grecia de salir de la Unión Económica y Monetaria (UEM) y volver a su moneda anterior. Una de ellas, podría contemplar la vuelta al dracma sin necesidad de dejar de formar parte de la Unión Europea.

Estos son los cuatro escenarios jurídicos a los que se enfrentaría el país:

1. Negociar la aprobación de un tratado oficial de salida del euro

Jurídicamente, el modelo europeo tiene vocación de irreversibilidad: ni los tratados comunitarios ni el derecho comunitario contemplan la salida de un Estado miembro de la UEM.

Sin embargo, expertos en esta rama del derecho explican a El Confidencial Digital que, basándose en la teoría general del Derecho, sería viable la salida de Grecia del euro.

En esta línea, el gobierno heleno podría argumentar que, del mismo modo que existe una resolución comunitaria que verifica las condiciones de cumplimiento para la entrada en el sistema euro, sería totalmente plausible la redacción y firma de un nuevo acuerdo, esta vez de signo contrario, que marcase las pautas y condiciones que regulen la salida.

De este modo, apuntan los expertos, quedaría abierta la posibilidad de acometer un atípico proceso de negociaciónentre Grecia y la Unión Europea que culminase con la formalización de un nuevo e inédito protocolo de “suspensión o liberación de obligaciones inherentes al euro”.

Si ambas partes, el país que desea salir y las autoridades europeas, llegasen a un acuerdo en este aspecto, se podría plantear de forma oficial y jurídicamente válida una salida de la UEM que no conllevase la obligatoria salida de la Unión Europea.

 

Actualmente tan sólo 17 de los 27 países europeos forman parte de la Eurozona.

2. Salida “oficial” de la UE, contemplada en el artículo 50 del Tratado de Lisboa

Si Grecia desea abandonar la UEM deberá solicitar su retirada formal de la Unión Europea. El Tratado de Lisboa así lo recoge en su artículo 50, que establece lo siguiente:

1. Todo Estado miembro podrá decidir, de conformidad con sus normas constitucionales, retirarse de la Unión.

2. El Estado miembro que decida retirarse notificará su intención al Consejo Europeo. A la luz de las orientaciones del Consejo Europeo, la Unión negociará y celebrará con ese Estado un acuerdo que establecerá la forma de su retirada, teniendo en cuenta el marco de sus relaciones futuras con la Unión. Este acuerdo se negociará con arreglo al apartado 3 del artículo 188 N del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. El Consejo lo celebrará en nombre de la Unión por mayoría cualificada, previa aprobación del Parlamento Europeo.

3. Los Tratados dejarán de aplicarse al Estado de que se trate a partir de la fecha de entrada en vigor del acuerdo de retirada o, en su defecto, a los dos años de la notificación a que se refiere el apartado 2, salvo si el Consejo Europeo, de acuerdo con dicho Estado, decide por unanimidad prorrogar dicho plazo.

De este modo, esta opción se convierte en la única salida “oficial” recogida en la legislación que regula el comportamiento de los Estados miembros de la comunidad europea.

Según recoge este artículo, Grecia debería comunicar su intención al Consejo Europeo, quien deberá negociar y redactar un acuerdo internacional que establezca los detalles de la retirada y el marco de sus relaciones futuras con el resto de Estados miembros.

Esta resolución, deberá ser aceptada por el Parlamento Europeo y aprobada por mayoría cualificada del Consejo.

No será hasta dos años después de su entrada en vigor que los tratados dejan de aplicarse al país saliente y puede considerarse Estado no miembro de la UE.

Según marca el protocolo oficial, la salida del euro pasa obligatoriamente por una salida de la comunidad europea.

3. Forzar su expulsión incumpliendo los tratados y las condiciones de los préstamos

Con arreglo al régimen general de los tratados del viejo Convenio de Viena cualquier país puede optar por actuar mal deliberadamente con el objetivo de forzar su expulsión de la comunidad por parte del resto del Estados.

Si un país miembro decide unilateralmente forzar su expulsión de la UEM incumpliendo obligaciones financieras y comunitarias y desarrollando una conducta de rebeldía se enfrentará a graves sanciones por parte de la comunidad internacional.

Según explican las fuentes consultadas, se someterá a este país a un fuerte ostracismo internacional. Por este motivo, es necesaria la unanimidad por parte de esta comunidad en la autorización de la revocación de cualquier hipotético tratado de salida de la Eurozona.

4. Ser expulsado involuntariamente por conducta negligente

La última vía tendría lugar si la comunidad europea, tras una conducta negligente por parte de un país en concreto, acuerda su expulsión aunque esta no suponga el objetivo primero del Estado en cuestión.

Es decir, el incumplimiento involuntario de algunas normas o parámetros legales puede llevar a un país a ser expulsado.

La mala praxis de un país respecto a lo dictado desde Bruselas y recogido en los acuerdos bilaterales firmados puede llevar,aunque su Gobierno no lo desee, a una expulsión acordada por el conjunto del resto de Estados.

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