Qué debo saber para montar mi propia bodega en casa
A la hora de invitar a alguien a casa, siempre queremos que se sienta de la mejor posible. Para ello, tratamos de servirle nuestras mejores recetas acompañadas de un buen vino. La mejor manera de lograr esto segundo es tener nuestra propia bodega, para que nunca falte en caso de que surgiera un plan a última hora.
Sin embargo, los vinos han de conservarse de una manera especial, de forma que mantengan tanto su sabor como su textura. Muchas veces un buen caldo se ve estropeado por una mala conservación. Hay factores como la oscuridad, la humedad y la temperatura que se han de tener en cuenta para mantener la calidad de nuestros vinos.
La conservación de nuestros vinos
-- Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es el espacio. Debemos ser conscientes de cuál es el tamaño de nuestra vivienda y adecuar nuestra bodega a éste. Quien tiene un espacio amplio en su domicilio, puede instalar una bodega subterránea. Sin embargo, si el espacio no lo permite, actualmente existe una gran oferta en el mercado de botelleros y cámaras con diferentes capacidades.
-- Es importante cómo colocamos las botellas. Éstas deben estar en posición horizontal, ya que cuanto más esté el corcho en contacto con el vino, más lenta será su crianza. Cuánto más se alargue esto último, mejor será la calidad de nuestro vino con el paso del tiempo.
-- La temperatura, como ya se ha mencionado, es un aspecto muy importante ya que para una buena conservación de los caldos, es necesario que se mantenga una temperatura constante en el ambiente en que se encuentran los mismos. Por ello, conviene mantenerlos fuera de la cocina, que es una de las estancias de la casa donde más cambios se producen. Es, por ello, recomendable crear un cuarto específico para nuestra bodega o, como se ha mencionado antes, adquirir un botellero o una cámara para guardar ahí las botellas.
-- Es preferible que se sitúen en un lugar sombrío, ya que la luz puede empeorar su calidad. De la misma manera, es conveniente que el espacio elegido no sea susceptible de sufrir ruidos ni olores fuertes. Por ello, es conveniente hermetizar el habitáculo, y que en éste sólo se encuentren las botellas de vino.
-- La humedad, como se ha mencionado al principio, es uno de los factores que más se ha de tener en cuenta. Tiene una medida específica y es que el habitáculo ha de tener el 70% de humedad. En caso de no conseguirse de manera natural, se pueden instalar humidificadores, que mantendrán el ambiente a la humedad ue los caldos necesitan.
-- La orientación también puede ser uno de los factores que mejore o empeore la calidad de nuestro vino. Por ello, se ha de colocar preferiblemente hacia el norte y evitar todo lo posible que quede situada hacia el oeste.
-- Es aconsejable que las paredes de nuestra bodega sean blancas, de cemento con gravilla y con un grosor medio. Esta medida va encaminada a que se mantenga la temperatura del vino.
