Ford Fiesta. Valor añadido
El nuevo Ford Fiesta, la octava generación de un modelo con más de 40 años de vida comercial, aparece con nuevos y contundentes argumentos para conquistar al cliente del segmento B.
Ofrece diferentes versiones con distintas configuraciones para ceñirse a los gustos de cada cliente, y multitud de opciones de personalización.
Cuando se da con un diseño que ha sabido cautivar al mercado, llegado el momento del relevo una opción inteligente consiste en lograr, además que el comprador perciba que se trata de un modelo completamente nuevo, que éste asimismo sea capaz de identificar al recién llegado como una evolución del anterior modelo.
Esta forma de acometer un relevo generacional es muy del gusto de los fabricantes especialistas, pero en el caso del nuevo Ford Fiesta los responsables de la marca del óvalo también echaron mano de esta fórmula. Estimaron que había que evolucionar, el apreciado estilo del Fiesta en lugar de proceder a un cambio radical para que fuera más fácil de reconocer.
Los clientes reconocen el coche por la rejilla, un elemento que se ha transformado en el epicentro de su diseño, de donde parten las líneas que definen el frontal. La horizontalidad se ha instalado en la parte trasera para dotarla de un aspecto más refinado.
Transmite una sensación de mayor anchura gracias al abandono de las tradicionales ópticas verticales en favor de otras horizontales, muy estilizadas. Pero uno de los muchos platos fuertes con los que sorprende, el nuevo Ford Fiesta, es la paleta de cuatro versiones bastante distintas entre si, con frontales específicos, con el claro objetivo de satisfacer a clientes y necesidades bien diferentes.
La versión Titanium va dirigida a los que necesitan un coche con un acabado exterior elegante, un interior de calidad y un generoso equipamiento de serie. Para los más sibaritas existe la línea Vignale, la máxima expresión del lujo en Ford. Como cabe suponer no puede faltar el imprescindible acabado de acceso, el Trend, sin olvidarse de aquéllos usuarios que gustan de un vehículo de apariencia deportiva, cuya elección recaerá en el acabado ST-Line
Pero el próximo año se incorporarán dos interesantes variantes más, una enfocada a los conductores de gran talante deportivo y la otra una auténtica primicia dentro de la gama Fiesta, la Active. Para estos conductores se reserva la rabiosa versión ST de 200 CV, mientras la Active se postula como una novedad absoluta en el Fiesta.
Se trata de una versión con un cierto enfoque de todocamino, como sugiere su altura y las protecciones que incorpora la carrocería. Sin embargo en la marca lo quieren posicionar como un SUV dirigido a la jungla urbana, donde los peligros son los frecuentes roces y golpes de aparcamiento con otros vehículos. Dado el peso que tiene el segmento del Fiesta (B), un 22 por ciento en ventas tanto a particulares como a Empresas, en Ford se han esforzado por dar el mayor valor añadido posible a su nueva criatura.
No se han conformado solo con poner a disposición del usuario toda una rica paleta de versiones, ofrecen además algo a lo que últimamente la competencia ha renunciado, a la carrocería de 3 puertas. El Fiesta está disponible con carrocerías de 3 y de 5 puertas. Asimismo se puede escoger entre un total de 29 combinaciones de color entre carrocería, techo y carcasas de retrovisores para personalizar al máximo el vehículo.
En el interior la calidad percibida sube varios enteros. De alguna manera había que trasmitir la gran carga tecnológica del nuevo modelo. Gracias a la incorporación de una pantalla táctil para el sistema multimedia ha sido posible eliminar una gran cantidad de botones. En su versión básica esta pantalla es de 4,2 pulgadas, aunque opcionalmente se puede escoger entre una flotante en color de 6,5 pulgadas u otra de 8 pulgadas capacitiva, muy sofisticada, que funciona al igual que las tablet con gestos para arrastrar y ampliar.
Otra de las bazas que juega magistralmente es la adopción de tecnologías de ayuda a la conducción propias de vehículos de segmentos superiores. Puede montar hasta 15 de estas tecnologías, entre las que destacan, el asistente pre-colisión con detección de peatones, el aviso de colisión frontal, la ayuda de mantenimiento de carril, el control de crucero adaptable o el asistente de aparcamiento, que ahora incorpora frenada automática.
Sonido envolvente y real
Según cálculos de Ford, 3 o 4 años de nuestra vida los pasamos al volante. También son conscientes del impacto positivo que ejerce la música sobre el conductor y de cómo le condiciona. Para ello decidieron transformar el habitáculo del nuevo Fiesta en una improvisada sala de conciertos de la mano del especialista B&O Play, que ha diseñado en exclusiva con la calidad de Bang&Olufsen un sistema de sonido de altísima calidad, envolvente y real. Dicho sistema de audio consta de 9 altavoces, un subwoofer y un amplificador de 675 W de potencia.
Esta improvisada sala de conciertos puede asimismo ser muy luminosa si se la dota en opción con una auténtica primicia dentro del segmento B, un techo panorámico y practicable de cristal. Hay disponibles un total de siete propulsores, cinco de gasolina y dos diésel. En gasolina la oferta de acceso se centra en el tricilíndrico 1.1, disponible con 70 CV y 85 CV.
El siguiente escalón corresponde al aclamado motor 1.0 EcoBoost (también de 3 cilindros en línea), que se ofrece con tres niveles de potencia: 100 CV, 125 CV y 140 CV. Por último, en ciclo diésel, el 1.5 TDCi puede pedirse en versión de 85 CV o de 120 CV. Los precios de la gama Fiesta oscilan entre 15.045 y 21.995 euros.
