¿Sirves para liderar un equipo? 5 cualidades que debes cultivar

A lo largo de nuestra vida laboral, muchas pueden ser las ocasiones en las que nos tengamos que enfrentar al liderazgo de un equipo de personas. Ya sea de forma directa o indirecta, esta tarea precisa de unas aptitudes a desarrollar por parte del líder que ayudarán, en gran medida, a que el trabajo conjunto entre jefe-empleados concluya en éxito y no en fracaso. Estas son los consejos que Patricia Ramírez, autora del libro “Así lideras, así compites”, ofrece a La Buena Vida.

Liderar un equipo.
Liderar un equipo.

Liderar un equipo no es una tarea sencilla. De hecho, no todo el mundo está capacitado para hacerlo. Ni siquiera si lo está, puede que esté preparado o dispuesto a cargar con esta gran responsabilidad.

Alcanzar el éxito de un conjunto sacando lo mejor de cada individuo, evitando caer en el abuso de autoridad o el menosprecio del humor y la diversión complica la ecuación. Sin embargo, salir de este cometido victorioso no es imposible, ni mucho menos.

Según apunta Patricia Ramírez, psicóloga del deporte y de la salud, la clave se encuentra en ofrecer comprensión, humanidad y compromiso y un modelo de liderazgo que trabaje a la par que el resto de componentes. De este modo, esperando lo mejor de ellos y trabajando codo con codo, producirás una situación en la que ellos te devuelvan lo mismo.

La exigencia, explica Patricia, no es la clave del éxito. De igual modo que tampoco lo es la actitud autoritaria y sin trazos de empatía ni los que olvidan la motivación e ilusión de los que le rodean.

Cinco claves para ser un buen líder

“El liderazgo se entrena, como se entrena cualquier actitud o competencia en la que deseamos mejorar y superarnos”. Por esta razón, te ofrecemos cinco claves de la mano de Patricia Ramírez que te ayudarán a convertirte en el líder que siempre quisiste ser:

1. Modelo de conducta. Generosidad, honestidad, integridad. “Los valores son los que uno elige”, apunta Patricia, “dan sentido a tu forma de actuar contigo mismo y con los demás”. Por ello, predicar con el ejemplo es fundamental para que el equipo sepa qué tiene que respetar y a qué tiene que atenerse al pertenecer a él. Lo primero antes de imponer ciertos hábitos de conducta a alguien es llevarlos a cabo uno mismo.

2. Interés hacia las personas. La calidad humana del líder es muy importante. La benevolencia, la motivación, el interés sincero, humano por la gente que lo rodea. “El cerebro funciona con mayor tranquilidad y eficacia si el ambiente es agradable, está libre de presiones excesivas y te sientes cómodo”, explica Ramírez.

3. Trato justo y honesto con todos. Siempre hay preferencias pero eso no se puede notar. El objetivo en este punto es corregir y premiar por igual. “Es importante adecuar el estilo de liderazgo a las distintas personas, siendo más duro o más permisivo dependiendo de las capacidades, habilidades y motivaciones de los empleados, pero nunca de las preferencias o los favoritismos” explica.

4. Estar atento a los talentos de la gente. Confianza y expectativas. Cuando esperas cosas buenas de la gente, generas seguridad y transmites confianza. “Las personas que se sienten seguras trabajan mejor, con niveles adecuados de tensión, con la seguridad de que pueden intentar cosas nuevas y que el fallo no les va a costar la titularidad o el puesto”.

 

5. Optimismo y ser positivo. El buen líder te motiva y te anima. Para Patricia Ramírez, “un líder debe saber sacar aprendizajes constructivos de la derrota y los malos momentos, e insuflar optimismo y energía cuando más se necesitan”.

Aspectos a evitar

Sin embargo, no todo son cualidades a cultivar. También nos encontramos en ocasiones con actitudes que deberemos evitar a toda costa a la hora de aventurarnos en la tarea de dirigir o coordinar un grupo de trabajo.

En este punto, la psicóloga se muestra tajante: el principal aspecto a evitar por parte de cualquier líder es “la falta de respeto en todos los sentidos”. Se trata de un concepto muy amplio que alberga varias vertientes, entre las que la autora destaca “ningunear el tiempo de otra persona, no respetando los tiempos de trabajo”. Por ejemplo, fijando reuniones que no son de urgencia a última hora, sabiendo que acabarán más tarde de la hora prevista y obligarán a los asistentes a salir más tarde.

Otro aspecto a evitar tajantemente es el de ridiculizar, abroncar o humillar a cualquier empleado delante de los demás compañeros. Se trata de una falta de prudencia que supone una importante pérdida de credibilidad y de confianza del grupo hacia el líder, quien puede comenzar a verlo como un enemigo.

Por último, la falta de profesionalidad. Patricia Ramírez resume este aspecto en “decir algo y no hacerlo”, es decir, en la falta de palabra, en no pelear las cosas.

Patricia Ramírez es la autora del libro “Así lideras, Así compites” (Editorial Conecta). Además, es psicóloga del deporte y de la salud, colaboradora de medios de comunicación y conferenciante.

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