Tengo 55 años, ¿es demasiado tarde para contratar un plan de pensiones?

El plan de pensiones de cada uno puede ser muy diferente según la edad a la que se comience a contribuir. No es lo mismo abrirse un plan al comienzo de la vida laboral, que a los 30 o pasados los 55 años. Por una razón: cuanto antes se empiece, se dispondrán de más años para contribuir antes de la jubilación.  

El ahorro a partir de los 55 años.
El ahorro a partir de los 55 años.

Sin embargo, según apuntan los expertos financieros, a los 55 años los planes de pensiones no abandonan su razón de ser: contribuir a que no perdamos nivel de vida en el período de jubilación.

Es importante, eso sí, conocer antes de aventurarse en cualquier inversión, qué tipo de plan es el que más nos conviene en función de la edad y del perfil que tengamos cada uno. Además, calcular el importe de la pensión una vez terminada la vida laboral es otro factor fundamental antes de comenzar a acumular cualquier fondo. El ritmo y volumen de cada aportación dependerá mucho de esta cifra que puede ser obtenida de una forma fácil y rápida a través de la calculadora que ha puesto a disposición de sus clientes Mapfre.

Cuanta más edad, mayor esfuerzo de ahorro y menor riesgo

Lo ideal, según apuntan expertos de esta aseguradora consultados por La Buena Vida, es que “cuanto más subamos en la escalera de la edad, menos riesgos asumamos”. Es decir, cuanto más cerca estemos de la edad de jubilación debemos pensar más en productos de renta fija y, si son asegurados, aún mejor. Por encima de los 55 años, los especialistas aconsejan planes de pensiones de renta fija a menos de dos años vista, ya que “debe primar la seguridad sobre la rentabilidad”

Un ejemplo claro de producto adaptado a estas características son los Planes de Renta Fija a corto plazo (24 meses).

Los planes de Previsión Asegurados

Sin embargo, los expertos recomiendan para sus clientes Planes de Previsión Asegurados como la opción más solvente y segura. El motivo: son productos que aseguran una rentabilidad, al tiempo que desgravan y tributan en idéntica forma que los Planes de Pensiones.
Los Planes de Previsión Asegurados (PPA) son seguros de vida-ahorro. A diferencia de los Planes de Pensiones, los PPA sí garantizan una rentabilidad mínima en el momento del vencimiento. De forma adicional, también se obtiene una rentabilidad en función de la gestión del dinero aportado realizada por la entidad gestora.

Este tipo de planes están dirigidos a personas mayores de 55 años con un perfil conservador, ya que además cubren contingencias de invalidez y fallecimiento.

Aunque, según explica un informe en el que han participado grandes gestoras del país, lo que prima en los que invierten en planes de pensiones es primero la fiscalidad, después la seguridad y luego la rentabilidad, la mayoría de los que contratan este producto de ahorro para la jubilación se encuentran entre los 46 y los 60 años. Y ocho de cada diez acumulan un patrimonio inferior a los diez mil euros.

Ventajas fiscales de los Planes de Previsión Asegurados

El dinero aportado en un PPA también desgrava sobre la base imponible del IRPF de manera idéntica a los Planes de Pensiones Individuales. La prestación también se recibe en el momento de la jubilación, excepto en algunos casos, como enfermedad grave o desempleo de larga duración, que se puede recibir de forma anticipada.

La gran ventaja para el titular consiste en que las aportaciones que realice se reducen directamente en su base imponible, es decir, le permiten ahorrarse impuestos cada año. Esto, a la larga, supone una mayor rentabilidad en su plan, haciéndolo más atractivo para sus ahorros.

 

Cuanto más dinero se aporta al Plan de Previsión Asegurado, mayor es la desgravación sobre la base imponible, teniendo en cuenta que la legislación fija un máximo a aportar cada año.

Existen dos límites anuales fijados por la Administración en función de la edad y de los rendimientos netos del trabajo:

-- En función de la edad: la cantidad es de12.500 euros para las personas que superen los 50 años de edad.

-- En función del rendimiento: el 30% de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas para los menores de 50 años, y el 50% a partir de los 50 años cumplidos.

El titular de un Plan de Previsión Asegurado debe tomar como límite fiscal la menor de las dos cantidades: si es menor de 50 años, podrá desgravarse como máximo al año 10.000 euros o el 30% de sus rendimientos de trabajo; a partir de 50 años, la cantidad menor entre 12.500 euros y el 50% de dichos rendimientos.

Aquí encontrarás más información sobre los planes de pensiones de Mapfre.

Accede desde aquí a la calculadora de la jubilación de Mapfre y descubre cuál es el plan de pensiones que más se adapta a tus necesidades.


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