Caffarel manejó nombres de la casa, como Pedro Meyer, para dirigir RNE porque es un nombramiento para pocos meses

La marcha de Pedro Piqueras de Radio Nacional provocó un cierto dolor de cabeza a la directora general de RTVE, Carmen Caffarel, porque el nombramiento del sustituto tenía un problema: que era una designación para cuatro o cinco meses. El motivo es que está en marcha la aprobación de la ley de RTVE, que diseña un nuevo modelo para la radiotelevisión pública, incluyendo un sistema de nombramiento de los altos cargos de TVE y RNE, con lo que los actuales directivos cesarán para proceder a las nuevas designaciones. Ese plazo marcado ha supuesto una notable dificultad a la hora de la sustitución de Piqueras: era impensable plantear la dirección de RNE a profesionales muy destacados, precisamente porque se trataba de un cargo con plazo de caducidad, y nadie querría aceptar un nombramiento de ese estilo. Por ese motivo, se optó por recurrir a personas de la casa, que están en plantilla, para las que el nombramiento no suponga un riesgo laboral. En un planteamiento así, tiene mucha lógica la elección de Javier Arenas, que era director de Informativos, y que no tendrá el menor problema si se produce un cambio dentro de unos meses. Otro nombre que se manejó es el de Pedro Meyer, director de Programas y Emisiones desde 2004.