Claves del éxito de The Economist: temas propios, independencia editorial y capacidad para marcar su “agenda” mundial

El semanario inglés The Economist ha superado la simbólica cifra del millón de ejemplares de difusión. El hecho, muy comentado en los sectores editoriales en el ámbito nacional e internacional en los últimos días, ha hecho que algunos expertos del sector reflexionen sobre las claves de su éxito.

El semanario inglés The Economist ha superado la simbólica cifra del millón de ejemplares de difusión. El hecho, muy comentado en los sectores editoriales en el ámbito nacional e internacional en los últimos días, ha hecho que algunos expertos del sector reflexionen sobre las claves de su éxito.

“Mediacción”, una publicación de la Universidad de Navarra en formato web, han intentado explicar a través de sus especialistas en comunicación, el porqué del aumento de ventas de esta revista, en un sector en crisis de audiencia. A juicio de los analistas, todo tiene que ver con los siguientes factores:

-- Contenidos independientes respecto a la publicidad: elemento de suma importancia para evitar la vinculación con aquellos que se publicitan en sus páginas. The Economist lo sostienen sus lectores en su mayor parte en modo tal que permite mantener la independencia informativa.

-- Temas propios: el semanario tiene su propia “agenda” sin que los temas que trate vengan determinados por la actualidad, aunque sin perder de vistas la información de la semana para relacionar los acontecimientos.

-- El trabajo en equipo: los redactores se complementan con el trabajo que realizan para lograr informaciones de calidad; la dirección de The Economist potencia, por tanto, el trabajo en grupo en un escenario en el que todos son necesarios y están al servicio del equipo.

-- Primacía de las palabras sobre las imágenes: el texto es lo verdaderamente interesante de todo el semanario. Las imágenes complementan el texto para amenizar la lectura pero sin llegar a ser sustitutivo.

-- Formato universal: la identidad del semanario es invariable a pesar de las distintas ediciones según el país. Los contenidos son los mismos en los cinco continentes.

-- Personalidad propia: su excepcional forma de ser roza la osadía y se perfila por su fuerza en los contenidos, erróneos o no. La fama que le precede encuentra en este factor unos rasgos identificables aún con el paso de los años.

-- Autonomía editorial: la salvaguarda de su razón de ser constituye un pilar fundamental de su éxito, que se materializa en elementos propios del ejercicio de la independencia en la elaboración y gestión del semanario, así como por su posterior venta.

 

Gracias a estas pautas, el cambiante mercado periodístico no parece afectar a The Economist, que tiene 162 años de vida y se caracteriza por tener un público influyente, entre minorías poderosas y elites internacionales.

La aparición de Internet, la competencia entre medios de comunicación, la proliferación de “bloggers”, la oferta de otros productos periodísticos gratuitos y un mercado publicitario completamente segmentado, no parecen haber hecho mella alguna en el semanario inglés, que se desmarca de otras publicaciones hasta alcanzar el millón de ejemplares de difusión.

The Economist fideliza además a los lectores con “estrategias de marketing casi ocultas”, según los expertos, un dato que crea alrededor de esta revista también un cierto halo de misterio.

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