Miralles y Pedro J. Ramírez ingresan por la película de la ‘guerra sucia contra ETA’ un 70% menos que con ‘El Lobo’: algunos actores daban risa

El diagnóstico lo realizan importantes directivos de la división audiovisual de Unedisa: ‘GAL’, la película sobre la ‘guerra sucia’ contra ETA, no ha funcionado como se esperaba por culpa del casting de actores. Según los profesionales de la casa, algunos personajes echaron por tierra el dramatismo de la historia.

En la empresa no se andan con medias tintas: ‘GAL’ no ha cumplido con las expectativas creadas. Tras la buena experiencia de ‘El Lobo’, el realizador Miguel Courtois y Mundo Ficción –la división cinematográfica de Unedisa- apostaron por llevar a la gran pantalla otra historia controvertida pero, al menos teóricamente, de mayor recorrido: la ‘guerra sucia’ de los GAL.

El rodaje se realizó a inicios del pasado año, en Madrid, País Vasco y sur de Francia. Se quería lograr –en palabras de su productor ejecutivo, Melchor Miralles- “un espectáculo cinematográfico” a través de un ‘thriller’ político. El guión corrió a cargo de Antonio Onetti, se presupuestaron seis millones de euros y se contrató a los actores Natalia Verbeke, José García y Jordi Mollà, entre otros.

La película, estrenada el pasado mes de noviembre, describe la investigación periodística llevada acabo por periodistas españoles sobre la naturaleza del Grupo Antiterrorista de Liberación (GAL), que entre los años 1983 y 1987 cometieron contra el entorno de ETA más de treinta atentados con el resultado de 27 muertos y más de cincuenta heridos en el sur de Francia, una gran parte por error.

Según fuentes de la propia compañía consultadas por El Confidencial Digital, tres meses después de su lanzamiento el balance que se hace sobre este proyecto es bastante negativo. ‘GAL’ ha generado un 70% menos de ingresos que su predecesora ‘El Lobo’. Ha sido un fiasco comprobar su bajo rendimiento: se esperaba mucho más.

La propia compañía ha realizado un diagnóstico sobre lo sucedido. A juicio de sus directivos, el error ha estado en el casting. No ha habido una buena elección de los actores, empezando por Jordi Mollá que realiza –aseguran- “una caricatura de José Amedo. De ahí que los espectadores percibieran esa ‘vis’ cómica y no se tomaran en serio su papel.

Pero las críticas no sólo son para Mollá. Tampoco ha gustado en Unedisa la elección de un actor francés, Bernard Le Coq, para encarnar al ex presidente del Gobierno, Felipe González. El doblaje realizado con acento andaluz para asemejar a voz del político socialista, tampoco favoreció nada que el film fuera visto como un drama, aseguran sus productores.

Ha quedado todo como una especie de parodia”, concluyen lamentándose en privado importantes directivos de la compañía.

 

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