Pedro Jota y Unedisa consideran desactivado el “asalto” a El Mundo por parte de Stefano Ricucci y Alejandro Agag

“Consideramos completamente conjurado el peligro”. Así de claro se manifestaba hace unos días un alto directivo de Unedisa, la empresa editora del diario El Mundo. Atrás ha quedado una curiosa maniobra a varias bandas destinada a irrumpir en el capital de la editora italiana dueña de la cabecera española.

“Consideramos completamente conjurado el peligro”. Así de claro se manifestaba hace unos días un alto directivo de Unedisa, la empresa editora del diario El Mundo. Atrás ha quedado una curiosa maniobra a varias bandas destinada a irrumpir en el capital de la editora italiana dueña de la cabecera española. Stefano Ricuccies uno de los empresarios de moda en el país transalpino. Ha estado implicado en la mayor parte de las operaciones financieras que han tenido lugar allí, de dos años a esta parte. La Fiscalía de Milán también parece haber fijado sus justicieros ojos en él y Ricucci está siendo investigado por su supuesta implicación en una dudosa maniobra que perseguía frustrar la compra de Antoveneta por parte de ABN Amro. Ricucci, un protésico dental convertido en pocos años en “rey del cemento”, ha mantenido en vilo hasta hace bien poco al primer diario italiano, Il Corriere della Sera, y por ende al español El Mundo. Este especulador inmobiliario de 43 años e hijo de un conductor de autobuses llegó a adquirir el 18,5% del capital del grupo Rizzoli-Corriere della Sera (RCS) y amenazó con lanzar una OPA sobre el resto. De la noche a la mañana, Ricucci se convirtió en el primer accionista del grupo RCS, superando a Mediobanca, que detentaba el 13,2 por ciento, y a la Fiat, propietaria del 10,2 por ciento. Sin embargo, los 15 socios del pacto de gobierno que controlaba el 59,4 por ciento del capital de RCS reaccionaron con fiereza para asegurar su hegemonía en la compañía: suscribieron un nuevo acuerdo para venderse acciones solo entre ellos. Los sindicatos también dieron claras muestras de no querer aceptar la ofensiva de Ricucci y resistieron. Los directivos de El Mundo aseguran que la conjura se desvaneció cuando el ex dentista “no encontró una puerta por la que colocar la OPA”. El golpe de gracia fue el anuncio realizado hace unas semanas por el Deutsche Bank en el que informaba de la venta de un paquete de acciones de RCS Mediagroup, equivalente al 4,6%, que Ricucci les había entregado como garantía tras solicitar un préstamo de cerca de 350 millones de euros. Tres empresarios de RCS se hicieron inmediatamente con esos títulos hasta lograr que el pacto de sindicación detentara el 64% de las acciones. Y de esta forma se esfumó el “golpe” diseñado por Ricucci… y quien le apoyaba. Porque uno de los principales enigmas de esta historia es saber quién ha estado detrás de este “asalto” y de las ingentes sumas de dinero con las que ha maniobrado Ricucci. Desde El Mundo sólo han podido identificar la presencia del yerno de José María Aznar, Alejandro Agag, “pero que sólo intervino como intermediario y en una fase final de la operación, a la búsqueda de soluciones externas para Ricucci”, explican. La calma ha llegado ya a la sede de Unedisa, por tanto, “blindados” como están sus dueños en Italia. “Estamos absolutamente tranquilos”, confirman desde la calle Pradillo.

 

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