Los directivos de El Mundo son conscientes de estarse jugando la TV en abierto con sus apuestas por el 11-M y Vera

“Es una tocada de narices en un momento en el que podríamos esperar del Gobierno algo que nos corresponde en justicia”, reconocía a ECD un dirigente de la calle Pradillo. Recelo por tanto en la sede de El Mundo ante las próximas concesiones de licencias televisivas y el posible enfado del PSOE tras las últimas revelaciones del 11-M o la campaña contra el indulto a Vera. Históricos resultados económicos, revelaciones exclusivas sobre el más importante suceso de la historia reciente de España y una estructura consolidada que permite soñar en un futuro sembrado de nuevos logros. Y aún así, no todo son alegrías en la sociedad editora de El Mundo. La desazón de algunos directivos proviene de quien es consciente de estar provocando el enfado de quien gobierna.

Y la situación no puede ser más delicada, tras el reciente anuncio –confirmado después por varios ministros- de nuevas concesiones de televisión para la emisión en analógico, presumiblemente para el próximo mes de marzo.

Si en todas las quinielas que hacen los “posibilistas” sobre los destinatarios más probables hay un signo fijo –el grupo PRISA de Jesús de Polanco-, en la calle Pradillo nadie se lleva a engaño: se puede estar incomodando al Gobierno que probablemente no ve con buenos ojos el afán “revisionista” de El Mundo con el 11-M o la insistencia en reclamar la entrada en prisión de Rafael Vera.

Evidentemente, explican desde Unedisa, “es una tocada de narices en un momento en el que podríamos esperar del Gobierno algo que nos corresponde en justicia. Pero quien no convive con Pedrojota y no trabaja dentro de esta casa, nunca logrará entender que aquí lo que prima es la información”.

De hecho –añade este alto cargo-, esto es así aunque a veces haya que decir que ‘lamentablemente es así’ pues ya hemos perdido un buen número de oportunidades empresariales tras publicar hechos que han molestado a alguien y que no perseguían nada más que informar”.

No obstante, en El Mundo tampoco se deja mucho espacio para las lamentaciones. “A pesar de todo –concluye la misma fuente-, no se puede decir que hasta ahora nos haya ido tan mal así. Después de quince años, ya somos el segundo periódico del país y un medio de comunicación de reducido tamaño pero capaz de generar más opinión que otros”.