Tras su crucero caribeño, Pedro Solbes sigue divirtiéndose en Madrid

Días atrás se oía comentar por Madrid el desenfado con que Pedro Solbes se tomó unos días de vacaciones: el vicepresidente se embarcó en un largo y fastuoso crucero por el Caribe.

Días atrás se oía comentar por Madrid el desenfado con que Pedro Solbes se tomó unos días de vacaciones: el vicepresidente se embarcó en un largo y fastuoso crucero por el Caribe, del tipo “todo incluido”, con la consiguiente y festiva reacción de los demás viajeros, contentos por viajar junto a un señor ministro en chanclas. Llegado a Madrid, Solbes continúa divirtiéndose, esta vez en un espectáculo tan castizo como la zarzuela. Y es que aunque el melómano oficial de la clase política sea su contrincante Gallardón, el vicepresidente Solbes olvidó el traje en casa y se homenajeó con una soirée sabatina viendo una de las últimas representaciones de “El asombro de Damasco”, la opereta orientalizante del maestro Luna. Quizá, como cierto personaje de esta zarzuela, el vicepresidente se inspirara de estos versos que cantaba el Cadí de Damasco: “Soy Alí-món; soy el Cadí, el más honrado de entre la turba de funcionarios que existe aquí”.

 

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