Las maneras de Maragall en Nápoles y la campaña para “vender” Cataluña

Quienes se lo cuentan a El Chivato no acaban de dar crédito a sus ojos. La escena tuvo lugar en Nápoles, y el protagonista fue el “Honorable” Pasqual Maragall, presidente de la Generalitat de Cataluña. Fue el sábado por la noche, en Nápoles, donde, a eso de las ocho de la tarde, se encontraba Maragall con su esposa, en la terraza del hotel Excelsior, cenando. Los testigos relatan que las maneras del President no eran precisamente un modelo de urbanidad, comiendo con los codos apoyados en la mesa y manejando y moviendo el tenedor en el plato de modo poco educado, etc. Alguno sintió vergüenza ajena. Pero el principal motivo de asombro ha sido el objeto de la estancia. Del 7 al l5 de octubre están viajando a Nápoles representantes de la Generalitat para, en nombre y la representación de la Corona de Aragón, “vender” Cataluña poco menos que como estado soberano e independiente, como si fuera la dueña del Levante español. Un intento de “catalanizar” Nápoles, explican algunos críticos, disfrazado de unas jornadas de “bilingüismo”.