El traspaso de poderes en la secretaría de Estado de Comunicación fue un desastre
El traspaso de poderes del anterior Gobierno, presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, al nuevo equipo que preside Mariano Rajoy puede decirse que fue en general satisfactorio. Pero no en todos los casos.
Le cuentan a El Chivato que en algunas dependencias concretas las cosas se han hecho bastante mal por parte de los altos cargos salientes.
Una de ellas ha sido precisamente la secretaría de Estado de Comunicación, es decir, el aparato de información del Gobierno, con sede en el Complejo de La Moncloa.
Tan es así, que los nuevos responsables no han podido ocultar su queja porque, cuando llegaron, se encontraron con que allí no había nadie. Todos los altos cargos anteriores se habían marchado.
No les pasaron experiencias, información, ni siquiera sobre los asuntos más elementales, como por ejemplo la dinámica para redactar e imprimir la referencia del consejo de ministros, o experiencias sobre cómo se organiza la rueda de prensa el terminar.
La secretaría de Estado estaba ocupada por Félix Monteira, con Julián Lacalle como director de Información Nacional y Juan Cierco en la de Internacional, además de Angélica Rubio como asesora del presidente del Gobierno. Por lo que cuentan, no se les vio el pelo.
