A Gustavo Selva, senador italiano que ha dimitido tras reconocer que simuló un ataque cardiaco para usar una ambulancia como taxi: ¿leerán esto Sonsoles Espinosa, Carmen Calvo o Bono?

Gustavo Selva, senador italiano, fingió el pasado domingo sentirse enfermo. Llamó a una ambulancia y, para no sufrir las restricciones del tráfico de la ciudad de Roma, se dirigió en ese vehículo a un programa de televisión. Según ha confirmado el diario ‘La Repubblica’, Selva dimitió ayer de su cargo mediante una carta remitida al presidente del Senado, Franco Marini. Ahí es nada. El caso nos recuerda situaciones similares vividas por nuestros políticos: la ministra de Cultura, Carmen Calvo, utilizando un avión oficial para pasar sus vacaciones de Semana Santa en la isla de Ibiza con la excusa de una inauguración tangencial; Sonsoles Espinosa, la esposa del Presidente del Gobierno, viajando a París para cantar acompañada de un diplomático de carrera, y a Berlín en otro avión oficiales para acudir a otra de sus representaciones artísticas; el presidente Zapatero utilizando otra aeronave del Estado para llegar a Londres y realizar unas compras acompañado de su familia; o al ex ministro de Defensa, José Bono, utilizando un helicóptero oficial para sus desplazamiento de Toledo a Madrid. La diferencia de estos casos con lo sucedido en Italia es que los abusos de poder en España no tienen consecuencia alguna. Aquí no hay dimisiones, ni nada que se le parezca. En Italia, en cambio, sí. Por ello, guinda a Gustavo Selva: ¡qué valiente! Algunos deberían tomar ejemplo.

 

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