A los periodistas Lance Williams y Mark Fainaru-Wada, por llevarse a la cárcel el anonimato de sus fuentes de información

Destaparon estos dos periodistas del “San Francisco Cronicle” una red que se dedicaba a suministrar anabolizantes a deportistas. Su información fue clave para desarticular una verdadera mafia en la venta de este tipo de sustancias prohibidas en el deporte profesional estadounidense. Pero la justicia ha querido ir más allá y pidió a los dos reporteros que desvelaran la identidad de sus fuentes de información. Ninguno de los dos ha aceptado; el anonimato de la fuente es vital para el trabajo de un periodista. Si revelaran quien aporta cada dato de las crónicas no habría nadie que quisiera hablar. El temor a posibles represalias se vería incrementado si a la mínima se conociera el nombre y apellidos de los informadores. Williams y Fainaru-Wada han sido valientes, han optado por el camino más difícil, un camino que puede llevarles a la cárcel. Por su aplomo y arrojo reciben esta guinda, que ojalá puedan disfrutar en libertad. Por su bien en particular y por el del periodismo en general. 

 

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