A la ministra Elena Salgado, que propone una discriminación positiva hacia los hombres: ¿por qué ascender a mujeres incompetentes?
Peligrosísima la deriva en la que ha entrado el Gobierno Zapatero a cuenta de la igualdad. Bueno es que se evite la secular discriminación que ha existido hacia las mujeres. Nada que objetar ante esta reacción, todo lo contrario. Sin embargo, es preciso evitar caer en el absurdo y pasarse por carta de más. Las palabras pronunciadas ayer por la ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, son un ejemplo de ese riesgo. Salgado ha dicho que las mujeres no quieren “el total de los puestos” de relevancia en la sociedad, sino “la mitad”. “Lo que queremos es compartir espacios” con los hombres, afirmó la ministra tras la toma de posesión de la nueva delegada del Gobierno en Canarias, Carolina Darias. Pero vamos a ver. Las mujeres deben ser reconocidas por su valía y tratadas en los procesos de selección con el mismo baremo que los hombres. Por eso, todo depende de la valía de las personas. Si una empresa encuentra sólo féminas capaces de dirigirla, ¿por qué compartir con los hombres la mitad de puestos directivos? Que sean todos para ellas. Defender, sin embargo, una paridad al margen de las propias capacidades genera injusticias. Escuchar a Elena Salgado defender estas tesis legitima a quienes piensan que el Gobierno está ascendiendo a mujeres al ejecutivo por el simple hecho de serlo, es decir, al margen de su formación. Y eso es un flaco favor a la igualdad. Guindilla a Elena Salgado.
