A James Knowles, hotelero que dio el visto bueno a una exposición con una escultura en chocolate de Jesucristo: ¿hasta cuándo estas ofensas gratuitas?
Una más. ¿Y van…? Es increíble el empeño de algunas personas por alcanzar notoriedad y fama mediante la afrenta y el insulto a las creencias de otros. La cuestión, todo hay que decirlo, es que esos ‘otros’ suelen ser siempre los mismos: los cristianos. Con Mahoma muy pocos se atreven ya. Con los judíos, tampoco, ya se encarga este colectivo de montar una buena campaña de protesta –con presiones económicas incluidas- cuando esto sucede. Con los hindúes tampoco les parece atractivo, quizá por lo intrascendente que sería dado el escaso número de seguidores de esta religión en Occidente. No. Los cristianos son el objetivo. Una buena bronca atrae a los intelectualoides de la izquierda que odian cualquier religión y están dispuestos a dar coba al trasgresor a cambio de disponer de otra oportunidad de arrearle un estacazo a los creyentes. Ahora ha sido una galería de Nueva York, copropiedad del Hotel Roger Smith, la que ha tenido la ocurrente idea de organizar una exposición con una escultura de chocolate que representaba a Jesucristo desnudo en la cruz. Las protestas no se han hecho esperar, por la trivialización de una imagen sagrada para algunas personas, y el presidente del hotel, James Knowles se ha visto obligado a pedir disculpas. ¿Hasta cuando estos comportamientos ‘ultras’, impropios de cualquier sociedad civilizada que sabe convivir con todos sin ofensas gratuitas? Mientras encontramos la respuesta, una guindilla para el señor Knowles.
