A José Salgueiro, presidente de Renfe, que un mes después de la crisis ferroviaria del verano en Cataluña, vuelve a fracasar estrepitosamente: tercermundista
Noventa trenes de Cercanías tuvieron retrasos en el día de la ‘vuelta al trabajo’ de miles de barceloneses. Una escena que volvió a recordar la crisis de infraestructuras que ha vivido Cataluña hace tan sólo un mes y que puso en jaque a la propia ministra Magdalena Álvarez. En esta ocasión, un fallo en la catenaria de los trenes de Cercanías ha provocado más retrasos en Barcelona. Hechos como estos exasperan los ánimos de los perjudicados: los usuarios. Llevamos más de un mes soportando fallos, averías y demás contratiempos en las líneas ferroviarias catalanas, lo cual no hace sino dar argumentos de peso a los radicales. No somos el Tercer Mundo, sino la octava potencia económica mundial, al menos en teoría. Guindilla al presidente de Renfe, José Salgueiro, por las continuas y repetidas negligencias en un servicio como es el de los trenes de Cercanías que debería funcionar con la efectividad propia del país que presumimos ser.
