A Magdalena Álvarez, ministra de Fomento por su escaso respeto (otra vez) a las normas de cortesía y respeto en el diálogo político

Hace menos de un mes, la diputada del PP, Celia Villalobos, se quejó al presidente del Congreso de los Diputados, Manuel Marín, de que las respuestas del Ministerio de Fomento a lo largo de la Legislatura se retrasaban irremediablemente, una queja compartida con parlamentarios de otros grupos. Más recientemente, los populares han vuelto a quejarse ante el presidente del Congreso ya no sólo de la tardanza sino también, añaden, de que el Ministerio contesta incluso con «chulería» a sus peticiones de información. La señora ministra tendría que acabar con esta actitud teniendo en cuenta que, como representante de los poderes públicos, es su obligación poner en conocimiento de la ciudadanía el desarrollo de su gestión y hacerlo, además, de manera educada y elegante. A ver si entre todos vamos acabando ya con los modos caciquiles de hacer política. Guindilla a la chulería ministerial.