A Miguel Ángel Moratinos, para el que las relaciones diplomáticas con Marruecos son “excelentes”, está feliz con el Chad y olvida su culpa con Chávez
La pasada semana, los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía visitaron por primera vez como monarcas las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Mientras tanto, el gobierno marroquí y varios diputados declaraban esta visita como una provocación al país de Mohamed VI. Asimismo, el Gobierno insistía que las relaciones con nuestros vecinos fronterizos son “excelentes”. Así lo repetía el ministro de Exteriores este fin de semana en Chile, asegurando que las relaciones entre ambos países tienen “la suficiente densidad y profundidad estratégica para superar cualquier posición divergente, como la que se ha producido ahora”. Además, a raíz del conflicto en el Chad, ha bautizado el concepto de diplomacia “callada”. ¿No sería mejor decir inane? Y después está el enfrentamiento del Rey y Zapatero con Hugo Chávez, tras los insultos del líder venezolano a Aznar y sus alusiones al golpe de estado que sufrió. No hay que olvidar que Moratinos, al poco de estrenarse, acusó al ex presidente del Gobierno de haber promovido el derrocamiento de Chávez. Ahora lo paga España. Guindilla a Miguel Ángel Moratinos, que ha acumulado estos días mucha torpeza.
