A los cuatro energúmenos que atacaron la sede del PSOE en Alcalá de Henares con cócteles molotov y pintadas de ‘ZP traidor’ y ‘Z-ETA-P’

La revista de la Fundación Bardot para la defensa de los animales ha publicado en su último número una carta que la actriz Brigitte Bardot ha dirigido a Nicolas Sarkozy, en la que dice: “Estamos hartos de ser manejados por esa población que destruye nuestro país imponiendo sus actos”. La alusión a “esa población” es una referencia directa a los musulmanes, a los que critica por la práctica del sacrificio de corderos para la Pascua Grande musulmana. La queja por la muerte de los borregos puede ser legítima o no (hay quien echa en falta, por ejemplo, que Bardot censure con igual dureza el caso de las ocas cebadas de manera forzosa para conseguir su preciado hígado). Pero el ataque xenófobo y racista hacia los musulmanes en general, por el simple hecho de serlo, resulta intolerable. Si hay modos de vida de esta comunidad que deben ser denunciados (la falta de libertad religiosa en sus países, por poner un caso), que sean denunciados. Pero el colectivo como tal, merece el mismo respeto que los agnósticos, los ateos, los cristianos, los ortodoxos o los libre pensadores. Guindilla a la actriz, que no distingue.

 

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