A los dirigentes del PSOE, IU y Nueva Canarias que prostituyen, de forma aberrante, ese instrumento democrático llamado moción de cesura en Leganés y Gran Canaria
Apenas veinte días después de la constitución del Ayuntamiento del municipio madrileño de Leganés, una moción de censura presentada por el Partido Socialista e Izquierda Unida ha derrocado al gobierno del Partido Popular. Idénticos acontecimiento se ha registrado en el Cabildo Insular de Gran Canaria. Allí, una moción presentada por PSOE y Nueva Canarias ha dejado fuera del ejecutivo local al Partido Popular. En sí, la moción de censura es un instrumento útil y necesario en un sistema democrático. Lo que llama la atención tanto en Leganés como en Gran Canaria es la prontitud con que se han interpuesto: apenas tres semanas después de haberse constituido los consistorios. Es decir, que no ha habido tiempo de ejercer medida alguna por parte de los nuevos equipos de gobierno. Es decir, que no ha habido materia para someter a censura. Pero esto parece dar igual, si lo que se pretende es asaltar la silla consistorial y atrapar el poder. Aunque la ley no establezca ningún tipo de plazo para presentar estas mociones, es de sentido común concluir que se ha prostituido esta herramienta democrática. Las actitudes de estos partidos es tan bochornosa que hasta el diario El País se quejaba el viernes pasado en un editorial sobre estas ‘mociones rápidas’. Guindilla a los dirigentes del PSOE, Izquierda Unida y Nueva Canarias, por corromper una herramienta democrática... ‘con todas las de la ley’.
