Al director de cine Ron Howard, explotador del morbo religioso con su bis de El Código Da Vinci

Una mezcla de banalidad, ignorancia, desconsideración y afán de cambiar el anhelo de lo sagrado por las aguas sucias del morbo es lo que hay detrás de la película Ángeles y Demonios, de Ron Howard, basada en un libro del novelista para no-lectores Dan Brown. A veces da la sensación de que hay gente que no sabría qué hacer sin curas y conspiraciones con sotana bajo techos barrocos, como un odio entreverado de fascinación. Por supuesto, todos sus argumentos y simbologías son falsos y con voluntad de degradación. En el caso de Ángeles y Demonios, además, han alardeado no poco de haber engañado a las autoridades vaticanas tomando imágenes en pose de turistas. Guindilla a quienes no pueden vivir sin lo que critican.