El Congreso cocina la nueva regulación de las “cookies”

Siguiendo la receta europea de la Directiva 2009/136/CE, el Congreso está tramitando un Proyecto de Ley que modifica, entre otras, la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información (LSSI). El plato más caliente: la modificación del régimen legal para utilizar cookies en una página web.

Las “cookies” son pequeños ficheros que descargamos al navegar por un sitio web y que pueden almacenar y proporcionar información sobre nuestro equipo y sobre nuestra navegación en el sitio web. Cuál es la resolución de nuestra pantalla, nuestro nombre de usuario y contraseña, cuánto tiempo leemos una noticia sobre política, sobre una enfermedad o sobre un equipo de fútbol… Todo lo que buscamos y leemos en la red es susceptible de ser cuantificado y catalogado, pudiendo obtener un perfil ajustado de nuestros intereses, aficiones… ¿ideología? ¿salud? ¿orientación sexual?… Nuestro ordenador se convierte en una gran biblioteca autobiográfica sin que la mayoría de la gente sea consciente de ello ni sepa cómo controlarlo. Una gran fuente de información dispuesta a ser explotada por empresas que desean presionar nuestro botón de consumo compulsivo a través de banners y anuncios publicitarios.

Hasta ahora la ley simplemente obligaba a informar “de manera clara y completa sobre su utilización y finalidad, ofreciendo la posibilidad de rechazar el tratamiento de los datos mediante un procedimiento sencillo y gratuito”. En el mejor de los casos, esto se traducía en elaborar un texto legal que se enlazaba al pie de la página del sitio web, donde se decía que el sitio web disponía de estos mecanismos únicamente para facilitar la navegación del sitio web y para sacar datos estadísticos totalmente anónimos, y que dichos mecanismos podían ser desactivados a través de la configuración del navegador.

Sin embargo, la pereza del usuario medio para leer el texto legal, y su desconocimiento para configurar su navegador, hacían que esta norma no fuese eficaz. En los pocos casos en los que un usuario avanzado se decidía a ampliar sus garantías de intimidad subiendo el nivel de seguridad de su navegador, comprobaba sin excepción que su experiencia de Internet se empobrecía radicalmente.

El problema de las cookies es que siguen el mismo procedimiento para proporcionar una buena navegación del sitio web que para conocer y catalogar a sus usuarios, por lo que la mayoría de las veces, el usuario avanzado se veía obligado a deshacer la operación y a asumir que su intimidad podría estar comprometida a cambio de un mejor uso de Internet.

Por todo lo anterior, el Parlamento Europeo exigió a los estados miembros que antes del 25 de mayo de 2011 (ya vamos tarde) elaborasen una ley para garantizar que el usuario consentiría el empleo de sistemas de seguimiento después de haber sido informado de forma clara y completa sobre su contenido y finalidad,dejando al margen aquellas cookies estrictamente necesarias para proporcionar el servicio solicitado.

La noticia cayó como una bomba en Internet. A nadie se le escapa que esto podría suponer un trámite tedioso, tanto para la empresa responsable del sitio web como para el usuario, que podría acudir a mercados no europeos para evitar que le hagan preguntas que no entiende al entrar en un sitio web (“la ignorancia es la felicidad”). De hecho, dicen las malas lenguas que la mayor parte de los estados miembros no van a adoptar la nueva regulación, al menos de forma total.

Pero, por el momento, en España hemos sido buenos chicos y, con algo de retraso, estamos tramitando un proyecto de ley que prácticamente transcribe la Directiva Europea, aunque añade una solución un tanto confusa y ambigua al problema que genera. En concreto, el texto del proyecto dice que: “Cuando sea técnicamente posible y eficaz (…), el consentimiento del destinatario para aceptar el tratamiento de los datos podrá facilitarse mediante el uso de los parámetros adecuados del navegador o de otras aplicaciones, siempre que aquél deba proceder a su configuración durante su instalación o actualización mediante una acción expresa a tal efecto.

En otras palabras, que el usuario tendrá que pinchar en una opción que diga “ACEPTAR” antes de que la cookie sea instalada en su equipo, con todo lo que ello conlleva para usuarios y administradores de sitios web.

 

Cookies aparte, el mismo Proyecto de Ley plantea una profunda revisión de la Ley General de Telecomunicaciones, así como una modificación del régimen sancionador de la Ley Orgánica de Protección de Datos (la 2ª en lo que va de año, merced a la Ley de Economía Sostenible), y algunas obligaciones nuevas para el envío de comunicaciones comerciales por email y sms, incluidas en la LSSI.

El plazo para añadir edulcorantes u otras enmiendas al Proyecto de Ley se termina el 14 de junio.

Más información en la página web del Congreso.

José Carlos Moratilla

Responsable del Departamento Legal

AUDEA, SEGURIDAD DE LA INFORMACIÓN, S.L.

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