Defender nuestros valores

A menudo se escucha o lee comentarios como el siguiente: “yo quiero una sociedad cada vez más laica, donde se tenga en cuenta la relatividad de todo y las leyes civiles se decidan por mayoría sin condicionamientos de ningún tipo”. El escritor y articulista J.M de Prada escribía, con motivo del salvaje atentado en Londres: El terrorismo islámico se alimenta de nuestra incapacidad para defender nuestros valores -¿qué valores?-, nuestros principios -¿qué principios?-, nuestras formas de vida -¿verdaderamente humanas?-. Es cierto que “sociedad laica” y “relatividad de todo”, tienen variadas formulaciones pero el cogollo permanece bastante inalterable. Con relación a lo anterior Spaemann nos recuerda: “Nadie con aspiraciones intelectuales habla ya del bien y del mal”. Por ello, es necesario hablar más de la verdad y del error. Quizá sea por rebeldía intelectual, pero también por amor a la verdad y a la libertad, numerosas personas, con sentido común, prefieren seguir creyendo que hay bien y que hay mal; que hay error y que hay verdad. Que no es lo mismo estar en la verdad o estar en el error, ni hacer el bien o hacer el mal. El agnosticismo dominante está de moda. Parte importante de nuestra responsabilidad como “ciudadanos racionales” es superar este “relativismo y agnosticismo” que realmente impide una convivencia verdaderamente humana, pues la sociedad tiene obligación de una base firme sobre la que apoyarse. Bastantes pensadores, de reconocido prestigio, vienen a decirnos que: “Europa ha encontrado en su progreso material el pasatiempo que le permite descuidar su decadencia espiritual” ¿Y los españoles, debemos descuidarnos? Les animo a que reflexionen y procedan en consecuencia.

 

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