Desarmados de autoridad
Con motivo del comienzo del curso y de los sangrantes informes de la OCDE (uno de finales de 2004 y otro muy reciente, referidos al nivel educativo y al fracaso escolar), nuestros gobernantes insisten en ofrecer remedios a esas enfermedades, remedios que se basan en dar más becas o en crear más plazas escolares, en algunos casos con el fin de retirar alumnos a centros concentrados de reconocido prestigio. Es decir, que piensa solucionarlo con dinero y es que ¿Quién puede ver mal estas medidas? Pero resulta curioso que, entre los medios para curarla, no se mencione a los protagonistas: alumnos y profesores. Y es que ante los problemas del sistema educativo los medios económicos y técnicos son indispensables, pero no suficientes. Mientras las leyes y los padres no devuelvan a los profesores el respaldo del que fueron despojándolos -justo empezado el curso, en Les Fraqueses (población de la provincia de Barcelona) juzgaron a una maestra por que el cursos anterior había pegado a un niño en las piernas- y no exijan un mayor esfuerzo a los alumnos, el bajísimo nivel educativo y el fracaso escolar continuarán. Soy de los que piensan que no se ha de volver a "la letra con sangre entra", pero sí de convencernos de que sin unas exigencias mínimas y un respeto por los profesores no se adquieren los conocimientos. Desgraciadamente hoy están desarmados de autoridad cuando no desprestigiados.
