Desgraciadamente, en educación prima el partidismo

El artículo 27 de la Constitución ofrece un abanico amplio de posibilidades, pero marca unos cauces muy concretos que no pueden ser alterados por el legislador estatal o autonómico. Hasta ahora, la experiencia no ha sido positiva. Cada partido gobernante ha procurado dejar su huella, de modo que las diversas leyes educativas (especialmente la LOGSE) han degradado gravemente la situación de nuestras enseñanzas primaria y secundaria. La LOCE, bien orientada en sus líneas generales, se aprobó demasiado tarde y el actual Gobierno se ha dado mucha prisa para paralizar su aplicación. Ojalá se llegue a un pacto que de una orientación más justa y racional para garantizar la calidad de nuestro sistema educativo, tradicionalmente preso de la lucha partidista. El pacto por la educación se debería vertebrar en torno a cuatro ejes principales: libre elección de centro, apoyo al profesorado, a la carrera docente muy especialmente, cohesión social y territorial para evitar que se produzcan desigualdades injustificadas entre comunidades autónomas y garantizar la educación en la religión que los padres elijan. Creo que es el momento de exigir de los partidos políticos máxima responsabilidad y sentido de Estado en una materia que ocupa un lugar preferente entre las preocupaciones de los ciudadanos. La formación técnica, cívica y humana de las generaciones futuras es un reto que debe afrontarse con altura de miras y sin dogmatismos partidistas. ¿No les parece que sí?

 

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