Divorcio entre Gobierno y ciudadanía

Me pregunto si los nuevos estatutos servirán para acabar con los problemas de España.

Cuando Rodríguez Zapatero accedió al poder, prometió ser muy sensible a las preocupaciones de la ciudadanía. Pero, ¿de qué han servido las multitudinarias manifestaciones en contra de la LOE o en favor de la familia? ¿Qué caso les ha hecho a los tres millones de firmas que pedían equiparación académica de las clases de religión? Ni tan solo se dignó a recibir a los promotores.   Otro tanto pude decirse de cerca del millón de firmas que avalaron la Iniciativa Legislativa Popular del Foro de la Familia, que pretendía que no se considere matrimonio a las uniones homosexuales. Y papel mojado han sido también los más de cuatro millones de firmas que el PP ha presentado al Congreso solicitando una consulta popular sobre el Estatuto de Cataluña.   Cada vez me parece más evidente el divorcio entre las preocupaciones de los ciudadanos y los intereses de los políticos. Según datos del Ministerio de Sanidad, alrededor de 170.000 adolescentes de entre 14 y 18 años han consumido cocaína en los doce últimos meses; la corrupción y la especulación inmobiliaria impide a las parejas jóvenes conseguir una vivienda; el flujo de inmigrantes ilegales se incrementa de día en día, y es patente la inseguridad ciudadana con todo tipo de robos y agresiones. Mientras, nuestros representantes políticos continúan con "su bola". Me pregunto si los nuevos estatutos servirán para acabar con estos problemas.

 

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