Homo Floresiensis

El descubrimiento en la isla de Flores de un homínido de hace tan solo 18.000 años, de un metro de estatura y 380 cm cúbicos de capacidad craneal, capaz por lo visto de navegar, fabricar herramientas y cazar con ellas, ha desconcertado y puesto nerviosos a muchos conocidos paleontólogos de nuestro país y del extranjero.

No es para menos, ya que ello pone en entredicho muchas de sus teorías sobre la evolución de los homínidos. Por eso se muestran reticentes a pesar de la seriedad y prestigio de los científicos descubridores y de la revista Natura en la que se da cuenta del hallazgo. No tendría por qué ser así, dada la provisionalidad que por principio deberían tener los descubrimientos científicos, que en la mayoría de los casos no deben pasar de meras hipótesis hasta que son corroborados por descubrimientos posteriores.

Así ocurre en todas las ramas de las ciencias experimentales y con mayor motivo debería ser en la Paleontología que por su naturaleza se presta mucho a la especulación. Y aunque generalmente ese es el caso, desgraciadamente siempre hay algunos a los que se les sube la fama a la cabeza y pontifican sobre conclusiones de su especialidad a las que dan por definitivas, e incluso sobre otros campos del saber en los que no pasan de meros neófitos.

No sé lo que demostrará el hallazgo del Homo floresiensis, pero en cualquier caso debería servir para fomentar la humildad de nuestros científicos.