Innecesaria clonación terapéutica

Como se ha sabido por la prensa, investigadores de la Universidad de Seúl y de la Universidad de Pittsburgo han creado células estaminales embrionarias con fines terapéuticos. Pero el fin no justifica los medios: la única diferencia entre la clonación terapéutica y la clonación reproductiva, es que en aquella se trocea al embrión para intentar curar a otra persona y en la clonación reproductiva se le deja vivir.

Es pues, más inmoral lo primero que lo segundo. Aceptar la clonación terapéutica supone, también, abrir un portón a la reproductiva, rechazado masivamente por la sociedad. Por este motivo, la ONU prohibió a todos los países miembros cualquier tipo de clonación (8-3-05). Pero la prohibición se la han saltado a la torera en Seúl.

¿Reparamos todos, en que la clonación terapéutica, además de inmoral, es innecesaria? Como está demostrado, bastan las células madre de tejido adulto para regenerar tejidos, y sin ningún riego, mientras que las embrionarias, una vez trasplantadas, tienden a proliferar descontroladamente pudiendo originar cáncer. Las curaciones que pretenden los investigadores surcoreanos, pueden lograse con células madre adultas, como lo prueban los estudios realizados con corazones infartados, regenerados en Navarra y en otros sitios; el caso del bebé salvado de un trastorno del sistema inmunológico utilizando células del cordón umbilical (12 de mayo de 2005 en el hospital infantil Garrahan, de Buenos Aires); los logros en California contra el Alzheimer; la transformación en neuronas, de células madre procedentes de un músculo ( Italia, noviembre de 2004) ,que ha hecho concebir grandes esperanzas contra el Alzheimer y el Parkinson; la curación de una mujer paralítica con células del cordón umbilical, en 2004 en Corea ( parece ser que se podrá aplicar esta técnica a casos de leucemia). En Argentina se consiguió en enero de 2005, que produjera insulina el páncreas de un diabético implantándole células de su médula ósea.

¿Para qué, pues, crear embriones (seres humanos en el inicio de su existencia), cuando se pueden conseguir antes los mismos resultados y sin riegos, por vías que no atentan contra la vida de nadie? Hay demasiado intereses en la clonación humana reproductiva, el futuro negocio del siglo. La clonación terapéutica sería el primer paso para insensibilizar a la sociedad. El fin no justifica los medios; pero cuando la degeneración moral se instala, el hombre se convierte en un bruto para el que todo vale, como se demostró en Auswich.

 

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