Libertad de Bromear Vs. Libertad Religiosa

Estos días se ha vuelto a poner de moda este tradicional conflicto entre la libertad de expresión de los ciudadanos y el respeto a la libertad ideológica y religiosa. En un mundo globalizado como en el que vivimos en donde la información fluye a una escala mundial, aconseja también la consideración y el respeto desde una actitud y perspectiva global.

No basta conocer nuestra cultura para saber de sus tabús sino conocer también otras para mostrarles un similar respeto. Pero el problema de la caricatura que tanto ha traído y llevado esta última semana no es un problema de desconocimiento sino de "mala leche". Porque hasta mayor ignorante sabría que un comentario de estas características, por muy gráfico y caricaturesco que sea, no podría sentar bien a ningún musulmán.

El humor sano exige una complicidad entre quien es objeto de la broma y sujeto de la misma. Y cuando sujeto y objeto coinciden debe quedar muy claro el "animus iocandi" romano, el ánimo de bromear. Algo que en este caso no queda en absoluto clarificado, y más que un intento de bromear parece un intento de mofarse a costa de una cultura y un sentimiento religioso, con el que puede estarse de acuerdo o no, pero que es seguido por mil quinientos millones de personas.

Por consiguiente, esta falta de sensibilidad debe ser inadmisible en cualquier estado democrático.

 

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