El Plan Ibarretxe de facto tras el “alto el fuego”

Debe ser bien recibida la noticia de tregua permanente anunciada por ETA. Hay que preguntarse, sin embargo, si prevalecerá por encima de todo la aplicación de la Ley.

Debe ser bien recibida la noticia de tregua permanente anunciada por ETA. Hay que preguntarse, sin embargo, si prevalecerá por encima de todo la aplicación de la Ley.   Suponemos que ETA y su entorno no renunciarán a las armas a cambio de nada. Le ha faltado tiempo al “lehendakari” para manifestar su voluntad de que todas las fuerzas políticas hagan causa común con el fin de fijar un calendario para su referéndum. Es el plan Ibarretxe de facto, antes rechazado en el Congreso.   Lo que puede haber detrás de ese anuncio es un pacto no declarado de que no habrá represalias para los verdugos de las víctimas, por más que Zapatero anuncie a bombo y platillo que será el estado de derecho el que triunfe. ¿Cumplirán sus condenas los violentos con delitos de sangre o serán amnistiados? ¿Claudicarán de sus pretensiones financieras los extorsionadores de la banda?   Lo único que cabe es exigir la entrega de las armas sin pago de precio político alguno. Para saber si eso sucede, habrá que estar a lo que sobreviva a su cargo el juez Grande Marlaska. Posiblemente, en función de ello, quepa confiar o no en lo que el gobierno socialista intenta vendernos. Las víctimas del terrorismo merecen que se haga justicia, con y sin anuncios de treguas.

 

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