Remolacha, carbono y Unión Europea
Entre los cultivos agrícolas que están sufriendo verdaderos problemas de adaptación por el impacto de la globalización y la presión de ONGs y multinacionales es sin duda el de la remolacha. Es por eso que me parece necesario llegue a los lectores la importancia que esta planta tiene, como fijadora de carbono, para el mantenimiento del medio ambiente. Científicos de la Universidad de Gembloux (Bélgica) han llevado a cabo un estudio para medir la capacidad de fijación de carbono de una rotación con diferentes cultivos en los que se han realizado en campo continuas mediciones sobre las hojas y su intercambio gaseoso. Estos científicos han demostrado en las condiciones del estudio que, el cultivo de remolacha contiene justo antes de su recolección 10,5 tn de carbono por hectárea, todas ellas obtenidas de la atmósfera, de las cuales 8,5 tn/ha en la raíz y 1,9 tn en las hojas. Según estos datos, una parcela de cultivo de remolacha absorbe 600 g de carbono atmosférico por metro cuadrado en seis meses que dura el ciclo, una cantidad superior a la que absorben los bosques de climas templados durante todo un año. ¿No les parecen que estos datos son suficientemente claros como para que la Unión Europea se replantee el futuro de la remolacha en Europa? Más si tenemos en cuenta los precios del petróleo y la capacidad de producción de biocarburantes. Ya está bien de ceder a presiones y que siempre les toque recibir a los mismos.
