Tiroteos en Ceuta

A tiros. Varios jóvenes desalmados la emprendieron a pistoletazos contra las paredes de las naves comerciales e industriales del polígono de El Tarajal en Ceuta a modo de diana. Se ensañaron y “entrenaron”, entre divertidos y frustrados, con los muros y fachadas de los almacenes cercanos a la frontera como “Linea-Cocina”, donde mayormente se concentran estas bandas delictivas cuyos miembros son jóvenes residentes en la barriada ceutí de El Príncipe.   Al parecer estos disparos son un hábito o “moda” que se ha incrementado tras la reciente muerte del activista político y vecino de la cercana barriada de El Príncipe Mustafa Ahmed. Si hasta hace poco eran el blanco de los tiroteos las señales de tráfico, los carteles y paneles informativos; ahora son las paredes de las naves industriales. Lamentable “menú” al que se añade el “postre” de los continuos robos en los almacenes fronterizos cometidos por bandas delictivas que utilizan y explotan a menores que cargan con la mercancía sustraída y que en caso de detención eluden prisión al aplicárseles la Ley del Menor.   Aunque las fuerzas de seguridad actúan en la zona y han detenido a algún que otro implicado, concretamente un menor; se hace necesaria en toda la zona comprendida entre el polígono de El Tarajal, la frontera y la barriada de El Príncipe, una macro operación policial con redada incluida diseñada, coordinada y efectuada de forma conjunta por la Guardia Civil, Policía Local y Policía Nacional. Una acción que sirva para detener a los culpables de los tiroteos y a sus colaboradores. Una actuación capaz de acabar con las bandas que campan a sus anchas en la zona y con quienes cometen los robos. Un golpe de efecto que permita descubrir lo que muchos sospechamos y unos pocos parecen saber a ciencia cierta: que la barriada de El Principe esconde armas. Que en algunas de sus tranquilas y humildes viviendas pueden esconderse armas y municiones.   En resumidas cuentas. Parafraseando el refrán de la fábula “Si hay cucaña, ¿cómo no hallar ociosos en España? Pues, si hay tiros en el Tarajal, ¿cómo no hallar armas en El Príncipe? El problema es dónde, en qué sitios, en cuáles viviendas, concretamente. Resulta de pura lógica que no en todas ellas. Y para ello, es fundamental la colaboración ciudadana o vecinal de los habitantes de la barriada si vencen el miedo a las represalias de los delincuentes.   La pregunta del millón sería distinguir al “galgo” del “podenco”. Dilucidar si la barriada El Príncipe es un “polvorín” o un “arsenal”. Y actuar en consecuencia según una u otra opción. Porque, entre los tiros en el Tarajal y las armas de El Príncipe, a este paso, Ceuta podría convertirse en un lugar inhabitable e inseguro sin más recurso para muchos de sus ciudadanos que emigrar, con lo cual las mafias se adueñarían de la ciudad. Impedirlo está en la mano de gobernantes, jueces y fuerzas de seguridad. Antes de que sea demasiado tarde.