De chantaje y mezcolanzas

Suena a chantaje la actitud de la señora De la Vega amenazando a la Iglesia con rebajar o suprimir las subvenciones que recibe del Estado, después de la rabieta que, al parecer, le ha producido su visita al Vaticano y la manifestación del 12-N. Es impropia de una Vicepresidente del gobierno, y bien merecería por ello que se pida su dimisión. Por otro lado es un agravio comparativo subvencionar otras muchas instituciones sociales, y retirarle las ayudas a la que realiza una labor social mucho mayor que todas las otras juntas. Baste pensar, por ejemplo, en Cáritas o en la gran cantidad de centros asistenciales que atiende. Y otro agravio comparativo es el pedir la autofinanciación de la Iglesia y no pedir también la autofinanciación, por ejemplo, de unos sindicatos sin apenas afiliación o TVE y las televisiones autonómicas con unas pérdidas ruinosas. ¿También es un agravio comparativo que "La Caixa" perdone seis millones y medio de euros al PSC? No; eso es una injusticia, dado que las Cajas de ahorros no reparten beneficios, y esa condonación supone sustraer ese dinero de los fines sociales a los que debería ir destinado, para dedicarlos a fines políticos. ¿A cambio de qué?

 

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