Los nacionalismos es lo de menos

El nacionalismo gallego tiene - según ellos - una zona de influencia a donde quieren ampliar su dominio territorial, comprendiendo diversos municipios de Castilla-León y Asturias. Este movimiento se suma la clásica petición de incorporar Navarra a las Vascongadas, algo que según Otegui, es irrenunciable. A ello se añade el enclave del Condado de Treviño, o municipos cántabros fronterizos. Además tenemos la idea de los países catalanes, cuya esfera de influencia incluiría Valencia, Baleares y la franja de Poniente en Aragón. Si algo tienen en común estos casos, demostrando cierto comportamiento filo fascista, es que no se pide opinión a los demás sobre estos hechos. Los nacionalismos, desde su óptica, lo ven de una manera clara e indiscutible. El futbolista internacional Oleguer, defendía esto como un hecho cultural. Llegados a este punto de insensatez, de igual manera, podríamos denominar a la anexión de Austria como cultura germánica, o al telón de acero como cultura paneslávica. O en esa línea, podríamos pedir el virreinato de México o el de Nueva Granada, ya que comparten con nosotros una lengua, cultura e historia común. Nuestra Constitución prohíbe la federación de comunidades autónomas, pero hay algunos que se empeñan en hacer una segunda transición. En vez de ampliar fronteras, convendría que en la era de Internet y la globalización, algunos ampliaran sus miras a los problemas que realmente importan a los ciudadanos.

 

Video del día

6 de cada 10 de los que van en bici o en
patinete en ciudad no llevan casco
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato