La voz de las víctimas del terrorismo

Durante los días 13 y 14 de la pasada semana ha tenido lugar el III Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo. Estos congresos responden a una iniciativa de las Universidades San Pablo-CEU (España) y Sergio Arboleda (Colombia). La universidad española, además, organiza anualmente un Seminario sobre Terrorismo que, sin duda, contribuye a la difusión y conocimiento de este cáncer que azota a la sociedad española. Nuestro agradecimiento, una vez mas a dichas universidades por su posicionamiento valiente e inequívoco en favor de las víctimas reales y en la prevención de las víctimas potenciales, que somos casi todos los ciudadanos. Durante estos dos días, nos hemos encontrado, en dicho congreso, algunas víctimas de tres continentes (Europa, América y Asia). Nuestra experiencia ha sido positiva y enriquecedora pues hemos tenido la oportunidad de conocernos personalmente, compartir nuestras experiencias vitales y llegar a conclusiones que ponen de manifiesto que el dolor, al igual que otros muchos aspectos de nuestra vida, están globalizados. Hemos podido llegar a conclusiones, que si aparentemente son lógicas, cuando uno vive aislado en su mundo y en su ambiente, parece que su problema es único y el más grave. A título de ejemplo voy a citar aquellas vivencias que a mí me han llamado más la atención: 1) En primer lugar todos hemos coincidido en que el terrorismo es único, si bien se presenta bajo diferentes siglas y formas de actuación. 2) Hemos concluido, igualmente, que el terrorismo es fruto del odio encarnado en el hombre. Dicho odio, en general, no ha anidado aún en las víctimas. 3) La venganza, reacción humana ante la barbarie, tampoco ha sido utilizada por las víctimas como elemento de respuesta. 4) Una de las consecuencias producidas por el golpe terrorista en nosotros ha sido un aumento de nuestra vertiente humana y humanitaria. 5) En general, las víctimas nos sentimos, utilizados por los poderes públicos. Nuestro deseo es que se practique la investigación, el esclarecimiento, la prevención y la justicia en todo acto terrorista. 6) Las medidas de apaciguamiento y reinserción, no son, en general, adecuadas para la erradicación del terrorismo. 7) Se ha puesto de manifiesto una necesidad sentida de unidad entre las víctimas. Esto supondría mejorar la defensa de nuestros intereses y el servicio que todos queremos prestar a la sociedad: evitar la repetición de atentados. Esto es solo un botón de muestra de los frutos que un congreso de este tipo aporta a la sociedad en general y a las víctimas en particular. No quisiera pasar por alto la oportunidad para reiterar nuestro agradecimiento a la Universidad Cardenal Herrera-CEU, nuestra anfitriona durante estos días, así como a las autoridades valencianas por su hospitalidad y cariño puesto de manifiesto minuto a minuto. Igualmente agradecemos a todos los que con su presencia o su mensaje de apoyo han estado a nuestro lado demostrando que, ante el terrorismo, no puede haber, ni medias tintas, ni tibiezas, ya que los terroristas tienen como objetivo amedrentar a la sociedad con su macabro proceder para la consecución de sus malévolos fines. Quien no lo entienda así, creo que está más cerca de los terroristas que de la sociedad en la que vive.

 

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