Los nueve meses de tregua de ETA contados por ECD: el ‘chivatazo’ a la cúpula y el enfado de Le Vert, una ruptura con fecha, los 100.000 euros de extorsión y la nueva ETA

El atentado perpetrado por ETA el sábado 30 de diciembre ha cerrado una etapa. Resulta interesante ahora echar la mirada atrás y recopilar todos aquellos datos que han resultado significativos para analizar lo que han sido estos nueve meses de tregua. Un alto el fuego y un proceso de negociación que ha roto la unidad entre los partidos democráticos aislando a Zapatero y su “firmeza”.

El anuncio se produjo el 23 de marzo de 2006. A través de un comunicado enviado por los cauces habituales, la banda terrorista ETA declaró “un alto el fuego permanente”. Según ETA, “la superación del conflicto, aquí y ahora, es posible. Ése es el deseo y la voluntad de ETA”.

Ese mismo día, jueves, El Confidencial Digital publicó dos informaciones de gran interés: por un lado, se desveló el grado de conocimiento que tenía el Gobierno de que ETA acordaría una tregua ese mismo mes. En esa información se hacía referencia además a la reunión que había mantenido el Presidente del Gobierno con representantes de las víctimas del terrorismo. Un encuentro que tuvo lugar el mismo día en el que un emisario de Zapatero se reunía en Francia con el entorno de ETA.

Por otro lado, ese jueves 23 de marzo, ECD también analizó el comunicado de ETA. Un análisis de expertos policiales que no erraron un ápice en el desarrollo de estos nueve meses. Quizá el más significativo es que “en ese breve comunicado no se anuncia el final definitivo”. Nada hacía presagiar, por aquel entonces, que ETA dejaría su actividad terrorista.

En todos estos meses, el Partido Nacionalista Vasco no se ha mantenido al margen de lo que estaba haciendo o intentado hacer el Gobierno. ECD ya contó a finales de marzo cómo Josu Jon Imaz mantenía excelentes relaciones con Zapatero, quien había dado orden a los suyos de informar con regularidad a determinados dirigentes del PNV de los progresos o simplemente de los pasos que se iban dando.

La semana pasada, en medio de la vorágine por el atentado en la T-4 y en el cruce de acusaciones entre Partido Popular y Partido Socialista, el presidente del PNV, Josu Jon Imaz se puso al lado del Gobierno, yendo un poco más lejos que su propio ejecutivo, el dirigido por Juan José Ibarretxe.

Se negaron desde el PSOE las informaciones que hablaban de contactos entre socialistas y miembros del entorno de ETA. Y la justificación la dio este confidencial: el principal interlocutor del partido, Francisco Egea había dejado el carné socialista hacía dos años, un hecho adelantado en exclusiva.

Y en estas páginas se avanzó aún más. Patxi López anunció el 30 de mayo la apertura de contactos públicos de los socialistas con representantes de Batasuna. Un anuncio muy medido en declaraciones a Radio Euskadi, pero que conocían de antemano en Moncloa. Y así lo contó El Confidencial Digital.

Durante ese mes, mayo, se produjo un hecho de incalculables consecuencias para la lucha antiterrorista. La juez francesa Laurence Le Vert estuvo a punto de detener a la cúpula de ETA, pero una filtración desde España desbarató la operación. Esa información, adelantada en exclusiva por ECD el 12 de junio recibió el nombre después de “chivatazo”, y se hicieron eco todos los medios de comunicación, especialmente el diario El Mundo que aportó más datos.

A raíz del “chivatazo” se desencadenaron acontecimientos posteriores como, por ejemplo, la acentuación de los recelos hacia Telesforo Rubio como máximo responsable de la Comisaría General de Información. Un polémico comisario que no era bien visto por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

 

Entretanto, a nivel político, la historia siguió su curso. El Presidente del Gobierno anunció antes de julio, como ya contó ECD, el inicio del diálogo con la banda terrorista ETA. Lo que no generó sorpresas sobretodo en el entorno de Batasuna, pero que al mismo tiempo provocó una oleada de críticas por parte de la oposición porque la banda terrorista no había dado un solo paso para frenar los actos de violencia callejera. Una kale borroka muy activa y que ha estado empañando todo el proceso al que ETA puso fin en diciembre.

Los jóvenes de la kale borroka, protagonistas de los incidentes en las calles, decidieron dar el salto y pasar a Francia a recibir instrucción, información adelantada en exclusiva por ECD. En estos nueve meses, aparte de rearmarse, como se ha visto tras el hallazgo de un zulo, el robo de armas y la colocación de un coche bomba, ETA ha dado un giro organizativo. Existen tres centenares de jóvenes dispuestos a formar parte de los nuevos comandos y una cúpula dirigida por grandes desconocidos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

La presión en la calle transcurre en paralelo a la presión que se ejerce sobre el empresariado vasco y navarro. El Confidencial Digital publicó en su edición del 28 de noviembre del pasado año cómo ETA había exigido en este período de “inactividad” hasta 100.000 euros a algunos empresarios. Una noticia de la que se sirvieron después todos los medios escritos para hacer sonoros titulares. El diario ABC, concretamente, abrió su edición del día siguiente con esa información, sin citar a este confidencial.

Han sido nueve meses de intenso trabajo policial y político pero que, desde hace unos meses, estaba amenazado por una fecha: el 21 de diciembre. Como adelantó en exclusiva ECD, ETA aseguró en un Zutabe que la fecha tope era el final del otoño y que, a partir de ese momento, si el Gobierno no cedía, estaba decidida a romper el alto el fuego. Y así lo ha hecho. El 30 de diciembre, sábado, colocó un coche bomba en el aeropuerto de Barajas causando dos víctimas mortales. 

La alarma a partir de ese fin de semana se extendió entre miembros del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil. Y no sólo entre ellos, sino también entre los escoltas privados que protegen a cargos públicos en el País Vasco. El aviso de “incrementar seguridad, incluso en la vida personal” les llegó de la Ertzaintza, otro dato que también ha adelantado ECD.

¿Y qué decir sobre el futuro? El desafío para las Fuerzas de Seguridad es enfrentarse ahora a una ETA rearmada, con dinero, con gente joven y dispuesta a formar comandos operativos, pero que al mismo tiempo parece dejar de lado un asesinato selectivo. Vea el interesante análisis adelantado sobre el nuevo perfil de la organización terrorista.

Un apunte más. Las dos víctimas de la T-4 lo son como el resto. Pero las fuentes consultadas por ECD no dejan de insistir en que si ETA quisiera, podría empezar a matar en cualquier momento y no de manera accidental. De ahí que en la lucha antiterrorista se maneje la hipótesis de que ahora ETA no quiere matar. Más muertos sobre la mesa –aventuran- serían muy difíciles de asumir hasta para el propio mundo abertzale que les apoya.

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