‘Si bebes no seas de ETA’. Iker Esparza, el etarra detenido en París, iba borracho como una cuba y chocó en su huída contra una pared

Eran aproximadamente las cuatro de la madrugada del pasado lunes en París cuando una patrulla de agentes locales detectó un vehículo que hacía movimientos sospechosos en plenos Campos Elíseos. En su interior viajaba el etarra Iker Esparza. Iba armado y portaba documentación falsa.

Los agentes de la patrulla de Seguridad de París, en moto, pidieron a Esparza que se identificara. El etarra se dio a la fuga y comenzó una breve persecución por el centro de la capital. Los policías interceptaron el vehículo, un Peugeot 407, en la calle Marbeuf, una vía perpendicular a la gran avenida parisina, y el etarra intentó huir a pie. En su carrera, Esparza chocó contra una pared cercana a un bar de copas y los policías procedieron a detenerle con la colaboración del 'portero' del local.

Según ha podido saber El Confidencial Digital, la sorpresa vino cuando los agentes comprobaron que Iker Esparza se encontraba bajo un severo estado de embriaguez. Precisamente, el alcohol que había ingerido provocó que el etarra realizara esos movimientos sospechosos con su coche y que, como consecuencia de su conducción, los agentes procedieran a darle el alto.

La patrulla le trasladó hasta dependencias de la Subdirección Antiterrorista de la Policía Judicial (SDAT), donde el etarra ingresó aún bajo los efectos del alcoho. Allí pasó la noche y ha sido interrogado durante las últimas horas.

Los servicios de Información galos se pusieron entonces en contacto con sus ‘colegas’ españoles, con quien colaboran estrechamente en la lucha contra ETA. Les informaron de que, a falta del cotejo definitivo de sus huellas, habían detenido a Iker Esparza y que, en el momento de su detención, iba borracho como una cuba.

Este dato, el estado de embriaguez del terrorista, no ha pasado ni mucho menos desapercibido para los miembros de la lucha antiterrorista franceses y españoles. Entre los agentes destacados en la lucha contra ETA ha llegado a circular el comentario: ‘Si bebes no seas de ETA’, en referencia al eslogan de la Dirección General de Tráfico’.

El vehículo que conducía Esparza era robado y tenía matrículas falsas. El terrorista portaba, además, una pistola, gran cantidad de documentos falsificados y un ‘pen-drive’, que será analizado por los expertos policiales.

Iker Esparza fue condenado en 2002 a cinco años de prisión por lanzar ‘cócteles molotov’ contra un tren estacionado en Ventas de Irún, el 9 de agosto de 1998. En su escrito de conclusiones provisionales, el fiscal señalaba que Esparza y otros tres acusados, concertados con otras personas no identificadas, abordaron sobre las 2:40 horas del 9 de agosto de 1998 “un tren conocido como el topo de la sociedad Euskotren”, con trayecto entre Hendaya (Francia) y San Sebastián, y arrojaron artefactos incendiarios al interior de la cabina, que quedó calcinada.

Tras cumplir su condena en las cárceles de Pamplona y León, Esparza quedó en libertad en junio de 2007. Integrado en el ‘aparato político’ de ETA, los agentes están analizando su función en la actual estructura de la banda terrorista.

La última detención de un miembro de ETA en Francia se produjo el pasado mes de abril, cuando las fuerzas de seguridad arrestaron a Jurdan Martitegi, jefe del ‘aparato militar’ y sucesor de Aitzol Iriondo –vea aquí cómo se desarrolló la operación-.

 

A continuación puede ver un vídeo en el que se observa el recibimiento que los allegados dedicaron a Iker Esparza cuando salió de prisión en junio de 2007:

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