Entresijos de una rectificación de La Moncloa a Zapatero y a su anuncio de retrasar la financiación autonómica

Pasadas las ocho y media de la tarde, a través de la agencia oficial Efe, el Gobierno rectificaba ayer al presidente del Gobierno y su anuncio de que se retrasaba la financiación autonómica a 2008. Una circunstancia insólita y que tiene entresijos de mucho interés.

Por la mañana, los periodistas que cubren la información parlamentaria recibieron el aviso de que Rodríguez Zapatero tenía pensado mantener con ellos un encuentro en los pasillos del Congreso, aprovechando la celebración del Pleno. La iniciativa, pues, fue del presidente.

A la hora indicada, los periodistas se encontraban con Zapatero quien, entre otros asuntos, lanzaba un inesperado anuncio, de bastante calado: la financiación autonómica se pondrá en práctica en 2008, es decir, un año más tarde de lo que él mismo anunció en el discurso de investidura. El calendario que explicó fue: negociaciones en 2006, aprobación en 2007, entrada en vigor en 2008.

A nadie se le ocultó entonces que un retraso así podía significar que en la práctica la financiación autonómica no iba a salir adelante en esta Legislatura, porque es más que problemático que llegue a su final, es decir, a 2008.

Tratándose de cuestión tan delicada, con buen número de autonomías en plena lucha por conseguir más financiación, pero sobre todo con la Generalitat de Cataluña reclamando su reforma, la noticia era bastante significativa. Lo que extrañó a los periodistas fue el método utilizado, es decir, una informal conversación en los pasillos del Congreso, y no una declaración oficial en lugar adecuado, y previa consulta o información a los principales partidos.

A última hora de la mañana, la noticia estaba en los teletipos. Siete horas después llegaba un teletipo de la agencia Efe rectificando al presidente, y explicando que le Gobierno prevé la entrada en vigor de la financiación autonómica en 2007, no en 2008.

¿Qué pasó en ese espacio de tiempo? Aunque no hay confirmación, todo apunta a que desde algunos de los aliados del Gobierno, y sobre todo ERC, pudo haber una reacción absolutamente en contra, que podría incluir la amenaza de inmediata ruptura del pacto, lo que llevaría consigo para los socialistas la pérdida de mayoría tanto en Cataluña como en el conjunto de España.