Exclusiva. Zapatero disolvió el viernes el equipo de “negociadores” que ha hablado con ETA: llega la hora de los políticos

Según los datos recogidos por ECD, el proceso de contactos con ETA iniciado por el actual Gobierno, a través de intermediarios, algunos de ellos vinculados al Partido Socialista de Euskadi, y que ha llevado al anuncio del alto el fuego por parte de la banda, comenzó hace cinco años y acaba de finalizar. El viernes pasado, los negociadores dieron por finalizada formalmente su misión.   El primer contacto se produjo en la central de la Cruz Roja en Suiza, en el edificio que lleva el nombre del fundador de la organización, Jean Henri Dunante, y después se desarrollaron en otros países europeos y también dentro de España. Los encuentros en el caserío de Elgoibar, con presencia de Arnaldo Otegi, fueron muy importantes   “Ahora ha llegado la hora de los políticos”, se escucha en entornos cercanos a quienes han estado al tanto de las conversaciones. “Los políticos tienen que actuar”, se añade.   El problema de Rubalcaba   Entre algunos de los negociadores existe, sin embargo, un cierto temor a que todo lo que se ha conseguido hasta ahora pueda irse al traste por la intervención de los nuevos interlocutores, es decir, del mundo de la política.   Informaciones que le llegan a ECD señalan que en estos momentos hay buen número de “voluntarios” dentro del PSOE para tomar parte en el periodo que se abre a partir de aquí, es decir, en la negociación concreta con la banda terrorista. “Hay diez o doce que quieren sentarse a la mesa”, se escucha en ámbitos socialistas conocedores de todo el proceso.   Pero es que, además, no hay unidad de criterio dentro del PSOE, entre militantes veteranos y los más recientes, sobre qué concesiones políticas hay que poner sobre la mesa cuando se hable con ETA y haya que concretar.   De acuerdo con esas fuentes, existe una dificultad añadida, que puede convertirse incluso en impedimento grave. Una de las personas que ha estado siempre al tanto de las negociaciones, y que ha intervenido activamente, es Alfredo Pérez Rubalcaba. Su nueva situación, como ministro de Interior, le convierte en persona impedida para determinadas gestiones que antes, siendo simple diputado, sí podía atender.