LUIS GARICANO, coordinador del programa económico de C's

“Frente a Podemos, Ciudadanos es una alternativa razonable. Y eso es lo que irrita a Mariano Rajoy”

Profesor en Londres. Fontanero (de Ciudadanos) en España. Es el Calculín de 'los Naranjitos'. Tiene cara de ser el elegido por Albert Rivera como número 2. Feliz con los resultados andaluces. Triste con el empecinamiento de UPyD por quedarse en el banquillo. Entusiasta del cambio, ve a Podemos como la España que se tira al río…

Garicano se interesa por el trabajo de Smartik, una empresa de Madrid llena de talento.
Garicano se interesa por el trabajo de Smartik, una empresa de Madrid llena de talento.

El profeta de la profesionalización de la gestión pública eleva a los altares del ejemplo emprendedor a Amancio Ortega y Juan Roig. Está en la diana del dardo retórico de Soraya Sáenz de Santamaría, a pesar de que es un hombre sonriente con canas de paz. La reencarnación de Adolfo Suárez juega de central en el deporte político español con la camiseta de “la alternativa sensata”.

Luis Garicano vive en Londres. Es profesor en la London School of Economics and Political Science. Y se nota. Pasa por Madrid sólo en momentos puntuales. 24 horas antes de que presente en la capital la segunda entrega del programa económico de Ciudadanos (acto anulado por la tragedia aérea de los Alpes) y 48 horas después de las elecciones andaluzas, el más que posible número 2 de Albert Rivera nos concede más tiempo que el del té.

El escenario es parte importante de esta conversación. Estamos en Aravaca. Otro Madrid. Él ha venido a escuchar la historia real de un emprendedor. Estas paredes llenas de empleo le sirven a Garicano para ilustrar su propuesta política. Jóvenes. Tecnología. Talento. Innovación. Sin fronteras. Sin barreras. Y a las 30 personas que trabajan en Smartick, matemáticas a un click, se les ve contentos de estar en la cumbre de los pioneros. Son el bodegón de color sobre la naturaleza casi muerta.

Fotos. Dos sillas de plástico blancas. Dialogamos con la fresca, como en las aceras de los pueblos de España. De tú, a todos. Entre naranjas y 'Naranjitos', rompemos la hucha del pensamiento político y social de un académico inglés dispuesto a saltar al parqué electoral.

Hablamos sin corbatas. Con nueve diputados andaluces sobre la mesa, se le ve con prisa, pero con calma. Hay madera, en un mundo político de conglomerados…

¿Contento con los resultados andaluces?

Hace tres meses no teníamos claro si lograríamos algún diputado andaluz de Ciudadanos, así que los resultados han sido mucho mejores que nuestras propias expectativas. Creo que lo ha reconocido todo el mundo. El respaldo obtenido en Andalucía está muy bien, y demuestra que nuestra propuesta de cambio sensato va calando.

Las elecciones andaluzas han abierto una brecha en UPyD. Usted, que conoce ese partido de primera mano, ¿cómo valora esa crisis?

Tengo una gran admiración por mucha gente de UPyD. Es un partido en el que se ha trabajado bastante, y espero que muchos de ellos se unan a nuestro proyecto.

 

¿Le parece adecuada la decisión de Rosa Díez de seguir como partido independiente, también después de quedarse fuera del Parlamento Andaluz?

La gente tiene claro que España necesita una opción de cambio reformista, y que Ciudadanos está calando. Muchos le han pedido a Rosa Diez un poco de generosidad y un poco de afán por construir entre todos un partido de centro, pero…

¿Qué busca usted fuera del bipartidismo español?

Nuestro sistema ha demostrado que las mayorías absolutas dan una cierta estabilidad, pero a un coste excesivo, que se traduce en que el Parlamento no sirve para nada. Los decretos vienen del Gobierno y el Congreso se ha convertido en una máquina de hacer lo que dicta el Gobierno de turno. Un sistema en el que haya más variedad y más partidos con los que dialogar, buscar acuerdos y puntos en común, va a fortalecer la democracia, y va a reforzar una de las lagunas más evidentes de nuestro sistema: la rendición de cuentas.

Con lo a gusto que está usted en Londres, ¿qué le anima a meterse en este berenjenal?

Llevo muchos años escribiendo papeles sobre la España deseable, y el momento de cambio que vivimos es una oportunidad de pasar de las palabras y los análisis, a los hechos. Al contemplar que este afán de cambio que se vive en España se estaba traduciendo en tirarse al río, muchos nos hemos movilizado para ofrecer una opción de cambio verdaderamente moderna, europea, y realista.

¿Qué le seduce de Albert Rivera?

Es una persona muy brillante, muy honesta, y tiene una empatía natural que le hace ser un político excelente.

Busca usted que “España reemprenda su camino hacia la modernidad”. Porque hasta ahora, ¿seguíamos con el NO&DO?

Vivimos años en los que España era un país cada vez más parecido a los de nuestro entorno, pero con la burbuja financiera nos hemos desviado severamente hacia un modelo de país donde priman los contactos y los pelotazos.  Tenemos que volver a la senda del futuro. Del futuro para todos.

Dinamarca o Venezuela: ¿esas son sus únicas papeletas electorales útiles en la España de Podemos?

Estamos frente a un desvío en el camino y tenemos que elegir entre seguir profundizando en la senda de Europa, con los modos que funcionan en Europa, o abandonarlo camino y decidir ser más estatistas y populistas. Mi polarización hacia Dinamarca o Venezuela es una manera gráfica de plantear a los ciudadanos esta disyuntiva y de explicar que las elecciones no son gratis. En estos momentos, Syriza se está quedando sin dinero. En todas las proyecciones, Grecia iba a crecer más que España este año. Ahora, no sólo no va a crecer, sino que se va a hundir…

¿Qué tiene Rajoy de Dinamarca y qué de Venezuela?

España se ha acercado peligrosamente a Venezuela, por el uso que el PP ha hecho de la Justicia, de la Administración Tributaria, de RTVE y de todos los consejos que, en teoría, son independientes. La utilización partidista que hace con su concepción patrimonialista del sector público le acerca a la peor Venezuela.

Sin duda, también ha hechos cosas bien que nos permiten seguir avanzando dentro de Europa.

¿Ese control partidista del sector público en España no ha sido tendencia durante toda la democracia?

En momentos sin mayorías absolutas se llegaba a consensos, por ejemplo, en cómo nombrar el Consejo de RTVE. Entonces, los gobiernos no tenían más remedio que buscar soluciones menos partidistas… pero sí, ese uso de lo público es una de las lacras de nuestra democracia.

¿Se siente un poco el Manuel Pizarro de esta nueva etapa?

Es posible que haya una confluencia de nuestras visiones, pero no haría la comparación…

Se lo digo porque son personas que vienen de fuera de la política, con prestigio profesional, y que, previsiblemente, no vinieron para ganar dinero…

A ganar dinero seguro que no… Insisto en que prefiero no hacer esa comparación. De todas maneras, en mi caso, he escrito muchísimo en Nada es gratis, en algunos libros con propuestas… Yo no vengo como gestor. Lo que traigo son ideas.

¿La solución de España es refundar una UCD 2.0?

En realidad, desde el centro es desde donde se pueden cambiar las cosas, porque ahí están la mayoría de los españoles. A mucha gente, UCD le resultará una cosa prehistórica, pero creo que hizo cosas muy buenas en España.

Vamos a intentar hacer de Leopoldo Abadía para explicar las cuentas de Ciudadanos.

Dice usted: “Nuestra prioridad es un mercado de trabajo que permita a los jóvenes tener empleo y una educación que los prepare para el futuro”. ¿Cómo?

Primer punto: la educación. Tenemos que cambiar el modelo educativo, centrado hasta ahora en la memoria y adecuado para una sociedad industrial en la que el obrero lo único que tiene que hacer es obedecer. Nuestra propuesta es avanzar hacia un modelo en el que la creatividad y la capacidad de pensar sea lo que realmente se enseñe y se aprenda. Eso va a requerir un énfasis diferente en cuanto a la formación de los profesores, en cómo se les contrata, en cómo se les paga… Tenemos que conseguir que la educación esté muy bien pagada y que los mejores quieran ser profesores.

Sobre el mercado laboral, presentamos algunas propuestas en febrero, y la mayoría de ellas van dirigidas a disminuir drásticamente la precariedad en el empleo. Ahora existe un exceso de rotación, originado por la locura de la legislación laboral en España, que hace que la gente vaya cambiando de empleo constantemente, lo cual es malo para la productividad, para la equidad… ¡y para todo!

La recuperación de la que habla el Gobierno de Rajoy está basada en la precariedad y en la bajísima productividad… 

Dice usted: “Hace falta facilitar el funcionamiento del mercado y la entrada y crecimiento de las empresas”. ¿Cómo?

Hay temas fiscales, de exceso de burocracia, de formación… Pero, por concretar alguna medida: queremos eliminar los costes fijos del seguro social obligatorio a la hora de montar una empresa, ya que entendemos que fomentan la inseguridad de los trabajadores autónomos. También queremos facilitar la emigración y la entrada de talento extranjero con un sistema de puntos, de acuerdo a la aportación del talento de fuera a la economía nacional.

Pensamos que hay demasiadas normas fiscales y laborales, que complican el crecimiento de las empresas por encima de un determinado umbral. Por ejemplo, crecer por encima de los 6 millones de euros supone entrar en un sistema de control antifraude del Ministerio de Hacienda que hace que muchas empresas no quieran superar ese listón. Es importante auditar toda la legislación española y detectar las normas que son barreras contra las empresas.

Dice usted: “Hace falta acabar con los mercados oligopolísticos y las prácticas abusivas en sectores supuestamente regulados”. ¿Cómo?

Aún no hemos presentado nuestras propuestas sobre la regulación de los mercados; lo haremos dentro de un tiempo, pero puedo anticipar alguna cosa. Pensamos que el sistema actual de multas –que son bajas- , provoca que, por ejemplo, empresas con un acuerdo colusivo se repartan el mercado y paguen la multa, aunque luego sigan haciendo lo mismo...

Pensamos que es importante proteger a los que denuncian grandes delitos de corrupción, ya que ahora los chivatos terminan perdiendo el empleo después de arriesgarse a proteger la legislación, y eso es injusto, y frena el crecimiento.

Dice usted: “Hace falta eliminar el capitalismo de amiguetes”. ¿Cómo?

El elemento crucial es que haya reguladores independientes y fuertes. Ahora mismo, todos los sistemas de adjudicación y de subvenciones pasan por detrás de puertas cerradas. La gente, por ejemplo, no entiende muy bien qué ha pasado con la factura eléctrica, pero creo que todos tenemos claro que la decisión adoptada ha beneficiado a unos y ha perjudicado a otros; que no se ha hecho con transparencia y con las formas objetivas deseables.

Contra las reuniones secretas y los intereses poco claros, urge introducir mucha transparencia, y normas más claras, más sencillas… Y, después, cumplirlas, claro.

Dice usted que “el sistema de financiación actual es el peor posible y que hay que mejorarlo”. ¿Cómo?

La financiación autonómica debe tener dos componentes: un sistema de impuestos autonómicos y un único fondo de compensación interterritorial, que debemos decidir cómo dotar. El sistema actual es tan complicado que no lo entiende nadie. Hay tres fondos de compensación, que funcionan a su manera y que no consiguen ponerse en marcha. Al final, todo el sistema de financiación en España está funcionando a golpe de crisis y de acuerdos concretos entre gobiernos autonómicos y Gobierno central. Debemos ir a un sistema transparente y parecido al alemán.


¿Sería interesante adoptar el modelo alemán contra las 17 autonomías? ¿Cómo?

Las autonomías españolas tienen mucho que ganar con un sistema mejor de funcionamiento, en el mayoría de los casos. Pero no se trata de hacerlo contra ellas, sino con ellas.

En pocas palabras: ¿cuál es la revolución económica que plantea Ciudadanos?

Pasar de un modelo productivo basado en la precariedad, en los bajos salarios y en el déficit exterior, a un modelo productivo basado en la economía del conocimiento, en la libre competencia al servicio de los ciudadanos y en el capital humano.

¿Los periodistas hemos contado bien las propuestas económicas de Ciudadanos, o ha notado usted libres interpretaciones partidistas?

Estoy muy contento por cómo están contando los medios nuestro programa económico.

He oído que, después del programa económico, se pondrá a trabajar usted en el programa educativo de Ciudadanos. Interesante dueto…

Sí. El capital humano es la fuente de riqueza principal de un país. No son los recursos naturales. No es el petróleo. No son las máquinas. ¡Son las personas! Cuando se destruye todo el capital físico de Japón y de Alemania después de la Segunda Guerra Mundial, con ciudades bombardeadas milimétricamente en las que no queda una fábrica, en 10-15 años vuelven a ser lo que eran, porque la verdadera riqueza de esos países está en las cabezas de sus habitantes. La educación es el recurso crucial, y va siendo hora de un cambio de modelo radical.

¿Alguno ministro de Economía de nuestra democracia que tenga usted como referencia?

Enrique Fuentes Quintana, en el poco tiempo que fue ministro de Economía [1977-1978], hizo muchas cosas que son una inspiración para todos: su reforma fiscal, su apuesta por la sostenibilidad del Estado del Bienestar…

¿Hemos convertido en perífrasis sin sentido lo de las puertas giratorias y lo de las redes clientelares? ¿Alguien debe tirar de la manta?

Nosotros vamos a tirar de la manta. No nos gusta cómo se llevan a cabo las relaciones entre el sector público y el sector privado, demasiadas veces detrás de puertas cerradas y en habitaciones oscuras. Resulta que al ministro de Industria no le gusta el precio de la gasolina, y llama a los tres distribuidores y les dice que lo bajen, invitándoles a la colusión. Esto sucedió el año pasado… ¿Este qué mercado es? Pues sea el que sea, hay que cambiarlo.

¿Cree en los partidos políticos? ¿No los ve como parte de la enfermedad?

Los partidos políticos son una herramienta crucial de la democracia. La cuestión es que, en España, para entender los sindicatos o los partidos políticos hay que saber que cuando surgieron no había una demanda social, y en vez de nacer desde abajo, se crearon desde arriba. Al ser instituciones propiciadas desde arriba, resulta que hoy tenemos partidos políticos que funcionan de manera muy jerárquica, y en ellos el dedazo del jefe importa mucho, hasta el punto de que sólo asciendes si eres el más obediente. Y, sí, llega un momento en que la gente que es creativa, que tiene capacidad de pensar, y destaca por su iniciativa, pues no está…

Hablando de sindicatos: ¿para qué sirven estos CCOO y UGT?

Los sindicatos son cruciales en las relaciones laborales. No tengo nada en contra de ellos. Lo que pasa es que la forma en la que se han desarrollado, con cúpulas muy centralizadas, no han ayudado a que las empresas sean más competitivas. Son sindicatos que, en muchos casos, con excepciones como los del sector del automóvil, no han ayudado a crear más empleo. Los sindicatos han defendido demasiado a los que están dentro del sistema, y muy poco a los que se han quedado fuera: los temporales, los parados…

Un país en el que la vivienda es indigna, ¿cómo se cura?

¿Indigna? España tiene una proporción de vivienda en propiedad mayor que la de cualquier otro país de Europa. Quizás tenemos que aceptar el alquiler como una alternativa más común, cosa que no aceptamos lo suficiente, y debemos tener menos fe ciega en la riqueza inmobiliaria como fuente de toda la estabilidad. Eso ha hecho que los ciudadanos se hayan entrampado excesivamente con el tema de la vivienda…

¿Hay mucha hipocresía con los desahucios?

Sí, hay algo de hipocresía. Pienso que, hasta ahora, no se han puesto las soluciones deseables. Cuando hemos planteado desde Ciudadanos una Ley de Segunda Oportunidad, el Gobierno ha puesto encima de la mesa una ley alternativa que, en mi opinión, presenta carencias muy importantes. Por ejemplo, no ha cambiado la forma de valorar las casas, ni ha introducido el tema de los créditos sobre obligaciones con el sector público en la quiebra personal. Y es una segunda oportunidad rarísima, porque, si a una persona, después de haberla conseguido, le empiezan a ir las cosas bien, resulta que las deudas resucitan…  Está bien que el Gobierno sea consciente de que hacía falta una norma, pero la ley que ha propuesto no es la necesaria.

¿Qué nota le puso a la reforma laboral de Fátima Báñez y qué nota le pone ahora?

Hacía falta una reforma de los convenios y muchas de aquellas propuestas me parecieron positivas desde el principio, y ahora también. Sin embargo, me parece muy mal todo lo que se ha hecho con la precariedad, con más contratos, más variados -hasta 45 modelos diferentes-, con más posibilidades de temporalidad y de fraude… Creo que este Gobierno no se ha querido tomar nunca en serio su responsabilidad para atajar la precariedad. En ese capítulo, antes y ahora: ¡suspenso!

¿Piensa un economista del siglo XXI en cómo reactivar la natalidad?

La natalidad es un elemento crucial de la sostenibilidad del Estado del Bienestar que, tal y como estamos ahora, resulta difícilmente sostenible. Es importante que haya más niños, también por poner en marcha una sociedad más dinámica, distinta, y más creativa… En la propuesta de Ciudadanos, el complemento salarial crece mucho con más hijos, y estamos muy interesados en todo lo que tiene que ver con medidas de conciliación laboral y con horarios que permitan que los padres puedan participar más en la educación de sus hijos.

¿Cuál sería su prioridad entre reducir el IVA cultural o hacer que todos los ciudadanos vuelvan a tener derecho a la atención sanitaria?

No soy nada partidario –aquí hablo personalmente- de que haya un IVA diferente para cada cosa. El trabajo de un fontanero es tan digno como el de un cantante de ópera. Todos los servicios son importantes. Me gustaría que hubiera un tipo más bajo y que, como en Alemania, la mayoría de las cosas estuvieran al tipo básico, que en España cubre menos de la mitad de la cesta.

Obviamente, la universalización real de la asistencia sanitaria me parece un derecho básico, y para mí, la sanidad, la educación y las pensiones son innegociables.

¿Qué haría usted con las subvenciones a los partidos políticos?

Prefiero no contestar a esta pregunta, porque yo tengo mi opinión, pero no sé si Ciudadanos tiene ya una propia.

¿Ven en Estados Unidos algo modélico para incorporar a la democracia española?

Nos gusta mucha la profesionalización de la administración de las ciudades, propia de Estados Unidos. En España todo ese trabajo es muy político. Allí se separa mejor entre lo que hacen los políticos y lo que hacen los profesionales, como sucede también en Inglaterra.  En Estados Unidos tienen gestores que administran las ciudades, y que rinden cuentas a los políticos, pero el político no se dedica a lo que se centran los que administran las ciudades en España. Profesionalizar la gestión pública es un reto importante.

¿Quiénes son sus referentes empresariales para el siglo XXI?

Amancio Ortega nos ha dado a todos una lección muy seria del buen uso de la tecnología y la innovación, de crecer sin rendirse al capitalismo de amiguetes, desde A Coruña, sin Madrid, sin subvenciones… Nos ha mostrado qué significa funcionar en el capitalismo global al nivel máximo. Es el ejemplo para todos los españoles de lo que es hacer las cosas bien hechas. Lo mismo pasa con Juan Roig. Fuera de España, Google es una empresa que muestra bien cómo son mis modelos empresariales de referencia. Se trata de una gran empresa puesta en marcha por emigrantes, por estudiantes de Universidad de primera línea, que ha sabido aprovechar la innovación que surge de la investigación académica, que tiene capital riesgo…  Muestra muchos de los elementos que hacen falta para tener un sistema innovador de primera.

¿Por qué se les ha enfadado Soraya Sáenz de Santamaría?

En el Gobierno están extremadamente preocupados con Ciudadanos, porque piensan que los votantes nos ven como una alternativa. Hemos desbaratado su estrategia electoral, que pivotaba sobre la esperanza de la recuperación económica y el miedo hacia Podemos. Ahora hay  una alternativa que no es Podemos y que es razonable. Y precisamente que seamos razonables es lo que les irrita. Si fuéramos unos locos, estarían encantados.

O sea, que Ciudadanos le debe bastante a Susana Díaz…

¿Por qué?

Por adelantar las elecciones andaluzas y ayudar a que toda España vea la pujanza de  Ciudadanos fuera de Cataluña, como experiencia piloto…

No sé si le debemos bastante, pero sí, las elecciones andaluzas han sido un hito para Ciudadanos. Nos han permitido mostrar que estamos ahí y que somos una alternativa seria, y eso nos va a ayudar a competir con más peso en el resto de elecciones autonómicas, sin duda.

¿Tiene buena relación con Luis de Guindos?

Tuve buena relación, hasta que entró en el Gobierno. Desde aquel momento no hemos vuelto a hablar.

¿Siguen dolidos con la marginación de Ciudadanos en TVE?

Bueno, yo no he tenido ninguna llamada de TVE desde que estoy en esto, ni de Radio Nacional de España. De EFE, tampoco. He tenido peticiones de La Sexta, de Antena 3, de la COPE, de La SER… Continuamente…

¿En Londres se habla de Pablo Iglesias?

¡Muchísimo!

¿En qué tono?

Los inversores extranjeros quieren saber hasta qué punto el cambio que Iglesias promueve tiene futuro, y si España estaría en condiciones de cumplir sus obligaciones internacionales, si va a pagar sus deudas… Nuestro país necesita miles de millones de euros cada año de inversores extranjeros, porque tenemos un déficit y una deuda acumulada. España necesita que todas esas personas confíen en nosotros. Ciudadanos propone un cambio compatible con esas necesidades y con seguir en el mercado internacional.

¿Y qué dice cuando alguien le pregunta en Londres por Pablo Iglesias?

[Piensa un buen rato] Yo creo que… Bueno, prefiero no entrar a eso…

REBOBINANDO

Luis Garicano es de esta nueva generación de políticos que se convierten en tendencia, porque no son ni de una España cerrada, ni de la otra. Es un humanista en toda regla de tres. Intelectual, pero informal. Un académico divulgativo. De tono amable, amistoso, conciliador. Con ademán de propuestas compulsivas. Con sentido común. Con ganas de arrimar el hombro en estos momentos de relevo. Difícil imaginárselo pancarteando en el Congreso de los Diputados, aunque cosas más bajas se han visto en esa Cámara…

Prudente, pero más libre que los segundos de cualquier partido. Pucelano, con extractos de Chicago, perfume belga, y eau de la City. Huele bien contar con un español así recuperado, precisamente por culpa de la crisis… El prestigio internacional lo cuelga sin problemas en el perchero. Su señoría no es de dar la chapa con sus galones. Camiseta. Camisa. Traje. Mochila negra. Y tren de cercanías. Garicano tiene algo de salmón a contracorriente y de Lord 2.0.

En el fotomatón está a medio camino entre Carlos Sobera, Carlos Alsina, y Carlo Ancelloti. Tres Carlos en uno: el que arriesga, el que explica, y el que dirige el cotarro en el terreno de juego. El Estado del Bienestar de Ciudadanos está en su tejado.

En la radiografía se ven muchos rumores internos de Adolfo Suárez. Es un caballero de centro con ganas de acelerar la marcha. Porque entre los indignados con la España oficial a cámara lenta no sólo hay Nerones. En el reino de la lírica política y los sueños de humo, he aquí el alicatador de las propuestas con saldo. De momento, palmas y ramos para el San Mateo del nuevo profeta: Rivera…

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