Una minoría de IU teme que el “no” de la federación a Europa pueda alejarles de parte de su electorado y de los sindicatos

IU se presenta unida estos días en su rechazo a la Carta Magna europea que se votará en referéndum en nuestro país el próximo 20 de febrero. No obstante, según ha sabido ECD, un sector de su militancia teme que esta posición no responda a lo que demanda un 20% de sus votantes. Y argumentan sus razones. Para estos afiliados, que se inclinarían por un apoyo al texto que se vota el próximo mes en España, el rechazo oficial de IU a la Constitución Europea puede contentar, dicen, “a los grupos más radicalizados o comprometidos de la izquierda”, pero también les puede alejar de dos grandes sectores. En primer lugar, se teme el rechazo del mundo sindical organizado, que ya ha declarado su apoyo al texto constitucional a pesar de no responder plenamente a las expectativas de estas organizaciones. Tanto CCOO como UGT apoyan el “sí” a la Constitución aunque con reservas, secundado el parecer de la Confederación Europea de Sindicatos. En segundo lugar, algunos militantes sospechan que existe un sector de la izquierda que vota a IU, y que podría representar a un 20 o un 30% de sus electores, que lucha por una Europa más política que mercantil. En este sentido, esos ciudadanos serían proclives ahora a una actitud crítica hacia la Carta Magna pero ofreciendo su apoyo a una aprobación pues supone un punto de partida. Un destacado militante de la calle Olimpo resumía a este confidencial este sentir hace unos días, declarando que con la postura oficial se podría estar dando calor “a esa posición antieuropeísta que sale bien en la foto pero nos aleja del mundo real que hay en la calle”. Hay que decir que en IU ha existido un largo proceso de debate a nivel que se ha prolongado durante los últimos seis meses. A pesar de todo, no ha existido un proceso de referéndum interno “a la francesa” en la federación aunque estaba previsto que se celebrara. El motivo de la cancelación de esta consulta es la unanimidad por el “no” percibida en las Asambleas de IU organizadas hace unos meses en municipios y provincias. Aunque hay quien recuerda que la participación en ese proceso asambleario quizá no fuera lo suficientemente representativo.