El PP decide no continuar con la apuesta personal de Aznar por centrar y catalanizar el PPC: la misión de Josep Piqué se acerca a su fin

Los estrategas políticos en Cataluña tienen detectado dónde están los “caladeros de votos” más abundantes de esta región. José María Aznar envió a Josep Piqué a Cataluña para centrar y catalanizar un partido escorado a la derecha. Para crecer había que arrebatar a CiU el sector más moderado de sus votantes.

Los estrategas políticos en Cataluña tienen detectado dónde están los “caladeros de votos” más abundantes de esta región. José María Aznar envió a Josep Piqué a Cataluña para centrar y catalanizar un partido escorado a la derecha. Para crecer había que arrebatar a CiU el sector más moderado de sus votantes. Los sociólogos y gurús del marketing político, para elaborar sus estrategias en Cataluña, se sirven de un eje de ordenadas y abscisas que divide el universo de votantes catalanes en dos binomios: catalanismo-españolismo e izquierda-derecha. Jordi Pujol conseguía cosechar votos en un amplio espectro de ese diagrama virtual. El ex presidente de la Generalitat arrastraba al catalanismo moderado de derechas, de centro-derecha, y parte también del catalanismo de centro izquierda, sector en el que el PSC obtiene la mayoría de sus réditos electorales. En la sede central del PP en Génova detectaron hace años que la percepción que los ciudadanos catalanes tenían del PP de Alberto Fernández —y, anteriormente, de Álex Vidal Quadras- era la de un partido de derechas y españolista. Sin embargo, los estrategas políticos catalanes insisten en que el principal caladero de votos en Cataluña se encuentra en el centro y en el catalanismo moderado. Por decisión personal de José María Aznar, Josep Piqué fue nombrado presidente de los “populares” catalanes en octubre de 2002. Su misión era, como decimos, catalanizar y centrar el partido. Se pretendía, de esta manera, conservar a sus votantes tradicionales y atraer a la parte más moderada del electorado de CiU —sobre todo de Unió-, que en las pasadas elecciones autonómicas debía optar por Artur Mas, un candidato de perfil bajo. Los resultados obtenidos por el líder “popular” en los comicios catalanes de 2003 fueron levemente superiores a los cosechados por su antecesor. Piqué se hizo con quince diputados, mientras que Alberto Fernández había conseguido doce en 1999. El resultado fue relativamente bueno, pero Piqué quedó lejos del techo del partido: los diecisiete escaños que obtuvo Vidal Quadras en 1995. Así las cosas, en Génova algunos opinaron que la estrategia de catalanizar el PP había sido un fracaso, ya que Piqué no había conseguido superar los resultados de Vidal Cuadras. Otros opinaban que había que insistir en la reciente línea, seguir apostando por Piqué, continuar con el viaje del PPC al centro y al catalanismo, y esperar a mejorar los resultados —antes de tirar la toalla- en próximas citas electorales.

 

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