Una alto cargo del PSE que prescindió de escolta, se percató de que estaba siendo vigilada por ETA y ha recurrido a guardaespaldas de la Ertzaintza

El caso, conocido sólo en círculos policiales restringidos, ha dejado conmocionado a más de un dirigente en el País Vasco. El seguimiento por parte de ETA a una alto cargo del Partido Socialista de Euskadi ha llevado a la Ertzaintza a adjudicarle un servicio de escolta, tras comprobar que la vigilancia etarra era real.

Las treguas que decreta la banda terrorista ETA han servido históricamente a los terroristas para recabar datos, reestructurar sus comandos y abastecerse de material. Así sucedió en la tregua declarada durante el Gobierno de José María Aznar, como testimonian fielmente las hemerotecas.   Un ejemplo. Los llamados ‘cachorros de ETA’, Jarrai, celebraron su VI congreso el 17 de septiembre de 1998, el mismo día en que ETA comenzaba su tregua. El plan que trazaron en aquella reunión fue que los grupos X e Y de violencia callejera asumieran el protagonismo durante los meses que durara el parón. En este tiempo, el frente Z (militar) de la banda se iba a dedicar a operaciones de autodefensa, y autoabastecimiento de armas.   En el documento “Borroka Moldeen” (moldes de lucha) incautado al miembro del “Comando Nafarroa” Haritz Arnaiz Laskurain, en diciembre de ese mismo año, se decía lo siguiente: “Los del PP y PSOE, los txakurras, los jueces y sus familiares ahí están, y en la medida en que son opresores no puede tener tranquilidad ni puede haber tregua para con ellos. A éstos hay que meterles presión y leña, haya alto el fuego o no de la organización (...)”.   Ocho años después, la historia se repite. Según informaciones recogidas por El Confidencial Digital en fuentes policiales, una mujer, miembro del Partido Socialista de Euskadi y que ocupa un cargo destacado en una institución dependiente del Gobierno Vasco, observó hace unos meses extraños movimientos a su alrededor: todo apuntaba a que estaba siendo objeto de vigilancia.   Ante estos hechos, puso en conocimiento de la Ertzaintza sus temores, y los agentes de la Policía Autonómica montaron un operativo de contravigilancia que dio positivo: la mujer estaba siendo seguida por ETA. Ante estas circunstancias le ha sido adjudicada una escolta de la policía autónoma.   Se da la circunstancia de que, a pesar de las directrices dadas por el PSE al inicio del “alto el fuego” de ETA, la político socialista había decidido prescindir del servicio de escolta privada de que disponía. Su intención era dejar claro con aquel gesto que “creía en el proceso” abierto por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero.   Este miércoles, el diario La Razón publicó que cargos del PP vasco han detectado también vigilancias del entorno etarra. En esta información se explicaba que “la dirección del Partido Popular Vasco ha pedido a sus cargos que extremen la seguridad y cambien los itinerarios”.   El Ministerio del Interior permanece en silencio acerca de estos hechos. Sin embargo, El Confidencial Digital ha podido confirmar en fuentes del Partido Popular que se ha tratado de tres hechos concretos. En un caso, fueron los escoltas del político en cuestión los que descubrieron el seguimiento. En otro, fue el propio interesado el que se percató de que estaba siendo vigilado.

 

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