El Ejecutivo autonómico contaba con ingresar 72 millones en dos años

Primer encontronazo entre el Gobierno y Cataluña por culpa del impuesto a las bebidas azucaradas

La Generalitat iba a recaudar esa tasa en 2017, pero ya no podrá hacerlo al convertirse en una competencia del Estado. Puigdemont y Junqueras sospechan de una maniobra para beneficiar a Coca-Cola

Soraya Sáenz de Santamaría y Oriol Junqueras.
Soraya Sáenz de Santamaría y Oriol Junqueras.

Ayer se celebró el primer Consejo de Política Fiscal y Financiera de la nueva legislatura para acordar el techo de gasto de 2017. El catalán Oriol Junqueras se opuso a la propuesta del Gobierno, dejando claro que Sáenz de Santamaría y Montoro tendrán difícil llegar a cualquier acuerdo con la Generalitat, y más después de la aprobación de un nuevo impuesto por parte del Ejecutivo que ha indignado al Govern.

Según explican a El Confidencial Digital fuentes bien situadas en el Gobierno de Junts pel Sí en Cataluña, en la Generalitat ha sentado “como un tiro” la decisión de Hacienda de aprobar un nuevo impuesto a las bebidas azucaradas. Una tasa, de la que ya se habló en estas páginas, y que se aprobará en el Consejo de Ministros de hoy.

Pérdidas de 31 millones de euros

El enfado de Carles Puigdemont y de Oriol Junqueras es mayúsculo, ya que la puesta en marcha de ese impuesto a nivel estatal provocará que Cataluña deje de gestionar una tasa que ya había aprobado la Generalitat y que se iba a empezar a cobrar en 2017.

Desde el gobierno autonómico explican que, según sus previsiones, la “adquisición” por parte del Estado del citado impuesto va a impedir que Cataluña ingrese, en el próximo año, 31 millones de euros procedentes de la tasa a las bebidas azucaradas.

Una cantidad que hubiera sido aún mayor en 2018, cuando la Generalitat calculaba recibir, de lo cobrado por este impuesto, 41 millones. Un dinero, añaden, que nunca llegará porque a partir de ahora la tasa es del Estado y el dinero recaudado se quedará en Madrid.

Sospechan de un trato con Coca-Cola

Además de la importante pérdida de ingresos que va a suponer para Cataluña la implantación del impuesto sobre las bebidas azucaradas a nivel estatal, en la Generalitat sospechan que, en esa decisión, puede haber un pacto oculto con Coca-Cola.

Tal y como informó ECD en la noticia sobre esta tasa anteriormente citada, la multinacional del refresco planea instalar en España una macroplanta para la que invertirá 40 millones de euros. Un proyecto que peligraba con la aprobación de este impuesto.

Desde Barcelona explican que, con la aprobación de la tasa a nivel nacional, el Gobierno “se asegura de que nosotros no lo cobremos y ellos pueden poner un tipo mínimo y después eliminarlo”. De esa forma, Coca-Cola se aseguraría no tener problemas con ese impuesto a medio plazo.

Precedente: los impuestos a depósitos bancarios

En ese sentido, las fuentes de próximas a la Generalitat consultadas por este confidencial explican que ya existe un precedente de una maniobra similar llevada a cabo por el Gobierno: el impuesto a los depósitos bancarios.

Esa tasa, aprobada por el ejecutivo autonómico, fue asumida en el año 2012 por el Estado y Cataluña volvió a perder importantes ingresos procedentes del mismo.

 

La maniobra, denuncian desde la Generalitat, “solo sirvió para salvar a los bancos” en un contexto de rescate a la banca española, ya que el Estado estableció “un tipo al 0% y, por tanto, no se cobró ningún tipo de gravamen”. Una circunstancia, añaden, que puede repetirse ahora con el impuesto sobre las bebidas azucaradas.

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